«En los años sesenta la gente iba a competir en carreras de motos por el entorno de la Serra Grossa, que tenía unos valores que se han ido perdiendo, ya que se ha ido aislando hasta convertirse en una isla natural en medio de infraestructuras como la carretera y el tren, y que se ha depreciado por su uso industrial como cantera», afirma Iván Capdevila, director, junto a Vicente Iborra y José Luis Oliver, del curso de diseño urbano y sostenibilidad «More than green», de la Universidad de Alicante, que ha sido impartido por profesores de Estados Unidos, Alemania, Suiza y España. Los alumnos internacionales de este curso, de países como Egipto, Macedonia, Nigeria, Corea del Sur y también españoles, han estudiado cómo Alicante se construyó en torno a la Serra Grossa creando un eje frente al mar con el Monte Benacantil, y también han trabajado en propuestas de modelos sostenibles de futuro teniendo en cuenta estrategias de bajo coste, basadas no solo en la arquitectura. También en las relaciones económicas, sociales y culturales del entorno.

Las propuestas coinciden en que «hay que reconocer el gran valor en las cosas que existen y luego intervenir, sin inventar nada», dijo Capdevila. Para la zona de La Cantera se desaconseja edificar nuevas viviendas o espacios de usos culturales y reactivar la zona a través de usos públicos de los que carece. «Es decir, construir un gran bosque con equipamiento público, un gran vacío verde al aire libre con el objetivo de revalorizar la zona adyacente, y crear una zona de espectáculos aprovechando el corte de la cantera como pantalla. En lugar de revalorizar la zona construyendo el centro de congresos, se hace creando un gran espacio público, una especie de Central Park. Así, se reconoce el vacío y el corte de la montaña como un valor», en una zona como La Sangueta con fuertes implicaciones culturales y con ese corte como una imagen muy presente en la psicología colectiva.

En cuanto a la Finca Adoc, la apuesta es una playa urbana en altura utilizando infraestructuras existentes como la vía del tranvía que quedará en desuso, los ascensores de los edificios existentes y algunas plantas que se liberan para utilizar como una playa, no solo como lugar de ocio sino como modelo económico para reactivar la vida pública. En este caso, se aprovecha la proximidad al mar y las infraestructuras existentes y se decide llenarlo de arena. «Para ir a las playas de la Finca Adoc hay que coger el ascensor o bajar rampas. Los alumnos proponen pensar en el ascensor o en la vía como parte de la playa, pensando que la arena puede invadir distintas alturas», a modo decorativo. «De la playa se disfruta en el último tramo horizontal pero como en ese punto no hay superficie para construirla, se propone que esos distintos niveles se conviertan ya en playa». Los alumnos también trabajaron en un plan parcial de La Albufereta sin edificar con ruinas arqueológicas anteriores a los íberos.

El esperado carril-bici por la costa

Una de las esperanzas para los especialistas en urbanismo sostenible es el carril-bici entre la playa del Postiguet y el Cabo de la Huerta a lo largo de toda la costa. «Estaba en el borrador del Plan General y su ejecución es un anhelo, importante por el valor cultural que tiene dada la relación que Alicante establece entre el mar y el núcleo natural que conforman el Cabo de la Huerta, la Serra Grossa y el Benacantil. Materializar esa relación mental en física, poder vivirla y recuperar esa experiencia colectiva puede ser extraordinario», dijo Capdevila. Los especialistas creen que a Alicante le queda camino, aunque aprecian avances como la peatonalización, que revitaliza el comercio, las relaciones sociales y económicas, «y construye espacios seguros».