El Ayuntamiento de Alicante impuso ayer las primeras seis sanciones, de entre 100 y 750 euros, a bares y restaurantes por verter residuos sin bolsa en los los contenedores o fuera de ellos, y depositar las bolsas y cajas fuera del horario establecido. El concejal Andrés Llorens advierte de «tolerancia cero» contra la suciedad y anuncia que habrá inspecciones diarias para exigir el cumplimiento de la Ordenanza Municipal de Limpieza.

Las inspecciones de los contenedores comenzaron sobre las 11 de la mañana y se centraron, fundamentalmente, en las calles San Fernando y Bailén. El equipo inspector estaba integrado por personal de la Concejalía de Atención Urbana y la Policía Local. Con esta inspección se inicia la campaña que ya anunció este periódico el pasado día 20, y que se centra en revisar los contenedores en las zonas con mayor presencia de los «grandes productores de residuos», en terminología municipal, y que son los establecimientos de hostelería y los comercios.

Los inspectores escarbaron en el interior de los contenedores para averiguar la procedencia de los residuos y afirman que consiguieron identificar su origen en la gran mayoría de los casos. En todos los contenedores revisados se localizaron gran cantidad de desechos e incluso en algunos casos fuera de los mismos, pese a que la inspección se llevó a cabo a media mañana.

Una vez detectada la procedencia de los residuos, que en todos los casos era un bar o restaurante, los inspectores se personaron en los mismos, acompañados de uno o dos policías locales. En todos los casos, según señala la concejalía, los responsables de los bares reconocieron haber cometido la infracción. Acto seguido se procedió a imponer la sanción establecida en la Ordenanza Municipal de Limpieza, que oscila entre los cien euros en el caso de depositar las bolsas de basura dentro del contenedor fuera del horario establecido, y los 750 euros por verter residuos sin bolsa en el contendor o fuera de él.

El concejal de Atención Urbana informó que las inspecciones van a continuar a lo largo de todo el verano, tanto en el centro como en los barrios, especialmente en las zonas con abundancia de bares y restaurantes con veladores, así como en las áreas comerciales.

El objetivo del concejal es «acabar con estas prácticas que deparan una imagen sucia de la ciudad» y recuerda que la ordenanza que las prohíbe tiene ya dos años de vigencia, con campañas de información a los ciudadanos antes de su entrada en vigor.

El concejal expresa su confianza en que con el incremento de personal para la limpieza de la ciudad a partir de mañana y las inspecciones exigiendo el cumplimiento de la ordenanza, la ciudad mejore sensiblemente su imagen de limpieza lo antes posible.

Llorens recalca «tolerancia cero» municipal con la suciedad y comenta que en colaboración con la concejalía de Seguridad está planteándose la creación de una brigada específica de la Policía Local dirigida a exigir el cumplimiento de la ordenanza.