Vecinos del barrio de San Gabriel están cansados de asomarse a la ventana de sus casas y contemplar la penosa situación del barranco de las Ovejas. Aguas estancadas y basura flotando es lo que se puede encontrar en la desembocadura del barranco, además de las plagas de mosquitos.

Hace aproximadamente un mes que los obreros encargados de acondicionar la zona se han marchado y han dejado las cosas tal y como estaban. Se han llevado la maquinaria y tras instalar la nueva pasarela, a los cuatro o cinco días se fueron. La obra no tiene vigilancia y se ha instalado la pasarela peatonal que no está operativa, pero que nadie podrá evitar su utilización. Este puente es un peligro para los viandantes puesto que no tiene ninguna seguridad. Además, su instalación no se ha completado, faltan los revestimientos de cristal que cubren los laterales del puente.

Existe un grave riesgo que son las balsas de sedimentos y lodos sacados de la desembocadura y que se han depositado en la ladera del propio barranco, sin señalización del peligro que suponen e incluso sin la apropiada valla que impida el paso, y es fácilmente accesible. Francisco Hernández, presidente de la asociación de vecinos de San Gabriel, exige una inspección a fondo de estas balsas por si hubiera que realizar obras para impedir el acceso.

Quitaron aproximadamente 20 metros de anchura al barranco para crear estas balsas de lodo, pero esto tampoco se ha terminado. Desde la asociación vecinal denuncian la falta de seguridad y de carteles anunciando el peligro que pueden suponer estas pozas. Están seguros de que en caso de tormentas o lluvias torrenciales, ese lodo acabará nuevamente en la desembocadura del barranco.

En agosto del año 2011 comenzaron las obras para la ampliación del cauce que tenían una duración prevista de once meses y medio. A día de hoy, la actuación se ha paralizado de un día para otro «por arte de magia», según algunos de los vecinos de San Gabriel.

El trabajo que comenzó hace casi dos años bajo el paraguas del Plan Confianza de la Generalitat Valenciana, traía consigo un conjunto de medidas extraordinarias, y una de ellas era el acondicionamiento del Barranco de las Ovejas, con un presupuesto de más de 10 millones de euros que aún está en el aire.