Todo estaba previsto y a punto para que el Ayuntamiento emprendiera la renovación de una de las plazas emblemáticas de la ciudad, la de Gabriel Miró, pero finalmente la actuación se ha ido al traste porque las arcas municipales están vacías. Desde la concejalía de Atención Urbana confiesan que no hay dinero y que las obras se aplazan «sine die».

Lo acontecido con este proyecto, cuyo presupuesto no alcanzaba los 100.000 euros y era uno de los más destacados a corto plazo del Ayuntamiento, pone en evidencia la gravedad de la situación económica municipal.

La plaza de Gabriel Miró, o de Correos, como aún es conocida por muchos alicantinos, es una víctima más de la crisis económica municipal. Desde la concejalía que dirige Andrés Llorens se informa que la actuación tenía todos los parabienes y prácticamente estaba a punto de salir a concurso para su adjudicación. Sin embargo, a última hora se ha tenido que frenar en seco el procedimiento al constatarse que la partida presupuestaria con la que se iba a afrontar los pagos, carece de fondos.

La consecuencia más grave de esta paralización es la imposibilidad de renovar la jardinería de la plaza, que era el aspecto más relevante del proyecto paralizado. Los parterres y zonas ajardinadas no podrán lucir las nuevas plantas, flores y arbustos previstos, no se podrán mejorar los accesos y escalinatas, no se renovarán las pérgolas y no se limpiará el mobiliario ni reparará el pavimento.