Las entidades benéficas esperaban esta ayuda como agua de mayo. La Unión Europea ha hecho llagar al Banco de Alimentos y a Cruz Roja 800.000 kilos de alimentos para distribuir entre 84.000 personas pobres en la provincia de Alicante.

Estas entidades tendrán que hacer equilibrios para administrar estos alimentos en su mayoría productos de primera necesidad como pasta, arroz, aceite o galletas ya que el siguiente contingente de comida no llegará a la provincia hasta octubre. Y es que la demanda de peticiones no deja de aumentar y los periodos de tiempo entre reparto y reparto se convierten en una auténtica «travesía por el desierto» para estas organizaciones, que antes no tenían ningún problema en atender toda la demanda. No en vano, el pasado invierno, el Banco de Alimentos se vio obligado a racionar los lotes de comida hasta que llegara la ayuda europea. Ahora la imagen es bien distinta. Las estanterías de esta entidad, ubicada en Mercalicante, estaban ayer a rebosar. El pasado mes de abril, el almacén estaba al mínimo y sólo se podía distribuir lo poco que llegaba a través de donaciones privadas de empresas.

Y es que el número de personas atendidas por estas dos entidades ha aumentado en cerca de 6.000 en el último año, al tiempo que ha cambiado el perfil de las mismas, siendo mayoritaria ahora la población española entre los receptores de los alimentos. En Cruz Roja el 64% de las personas atendidas es de origen nacional.

Los 800.000 kilos de comida recibidos estos días por las entidades sociales corresponden a la primera fase del Plan de Ayuda Alimentaria 2013, una campaña dependiente del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), encuadrado en las medidas de regulación del mercado de productos agroalimentarios de la Política Agrícola Común (PAC). El objetivo de este plan es, por un lado poner a disposición de las personas necesitadas, de forma gratuita, alimentos básicos de calidad y, por otro, los excedentes de ciertos productos agrarios en poder de los organismos públicos de intervención de la Unión Europea. Cada año, entre estas dos entidades sociales reparten 3 millones de kilos de alimentos en la provincia.

A través de asociaciones

Tanto Cruz Roja como el Banco de Alimentos distribuyen esta comida a través de pequeñas asociaciones que, a su vez, la hacen llegar a las familias en situación de pobreza. De esta ayuda, por ejemplo, dependen las Cáritas parroquiales o las asambleas locales de Cruz Roja en toda la provincia.

Sin embargo, esta aportación de alimentos procedentes de la Unión puede tener los días contados si se cumple la amenza de recortar el año que viene un 40% las ayudas.

Una sentencia de 2011 por la que, a petición de Alemania, se limitan los fondos destinados al Programa Europeo de Ayuda a los más Necesitados (PEAD) está detrás de esta situación. «El problema es que con la reducción de excedentes agrarios, Bruselas rechaza que sea la política agraria de la Unión la que se haga cargo de la compra de alimentos para las personas más necesitadas», explica Juan Vicente Peral, director del Banco de Alimentos de Alicante. A raíz de esta sentencia, las ayudas alimentarias procedentes de la UE ya se vieron recortadas a la mitad en 2012. Este año, la cantidad se ha mantenido.

Ahora son los gobiernos de cada país los que tienen que mover ficha. «España tendría que aportar entre 30 y 40 millones de euros para paliar el recorte de Europa». En este sentido, «ya hemos celebrado reuniones en el marco de la Mesa de la Solidaridad para pedir al gobierno autonómico que se sume a esta petición de ayuda a Madrid y hemos obtenido el compromiso de la consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, de que trasladará esta reclamación».