"¿Ves el montón de tiques de compra que hay sobre la caja? Eso indica que no ha ido mal". Con estas palabras, Maite García, propietaria de una peluquería en la calle Italia, resumía el primer cashmob que se ha celebrado en Alicante.

La iniciativa, de carácter solidario, busca revitalizar el comercio tradicional de la ciudad, animando a los ciudadanos a través de las redes sociales a realizar compras en un establecimiento elegido por los organizadores del evento.

Para el estreno en Alicante, la protagonista fue una peluquería ubicaba en el entorno de la antigua estación de autobuses, "una zona que se ha ido degradando poco a poco", explicaba ayer la propietaria del local elegido, que aguarda con cierto optimismo la construcción del proyecto en la plaza de Séneca. "Esperemos que sea positivo para la zona. En mi calle, apenas quedamos locales abiertos, pese a que era un lugar ideal para el comercio... Intentamos sobrevivir como podemos, aunque cuesta horrores salir adelante", explicaba Maite, con 21 años de experiencia en el sector y que reconocía que ahora sólo tiene contratada a una persona, mientras que época de bonanza llegó a trabajar con tres empleadas en la peluquería.

Pocos minutos después del mediodía, medio centenar de personas llegaron al establecimiento de la calle Italia. Con coloridos globos en la mano y un espíritu positivo, los organizadores junto a los ciudadanos que se habían unido a la iniciativa consiguieron dinamizar por unas horas la actividad del local, donde ayer se lavaron más cabezas y se vendieron más productos de lo habitual. "Y me han dado un empujón anímico. Ahora estoy aún más convencida de que sí se puede. Hay que luchar para seguir", aseguró la propietaria.

Durante las dos horas que se prolongó el primer cashmob, también se dejaron ver por la peluquería la concejala de Comercio, Belén González, y la edil de la oposición Loles Fernández.

Los organizadores prometen que la iniciativa tendrá más recorrido. "Nuestra idea es ampliarla a otros barrios y a otro tipo de comercios", explicó uno de los responsables. El próximo cashmob, si todo sigue su curso, tras el verano.