Lograr el mayor grado de humanización y respeto en torno al parto pero con todas las garantías de seguridad. Bajo estas premisas, el Club INFORMACIÓN acogió ayer un debate entre distintos profesionales de la salud con motivo de la Semana mundial del parto respetado y del estreno del documental Néixer, dirigido por Ana Victoria Pérez. En la mesa redonda posterior al documental participaron pediatras, matronas, ginecólogas y neonatólogos que aportaron su visión sobre lo que significa un parto respetado y qué se está haciendo en los hospitales de la Comunidad para conseguirlo. Para Alicia Fontanillo, ginecóloga y miembro de Educer, se trata de que los profesionales "confíen en la mujer y en su capacidad para tomar decisiones porque el parto es algo que llevan en el instinto". Tratar este proceso de forma protocolizada "es ponerse un parapeto delante". Para Fontanillo esto desemboca "en que los profesionales sientan miedo de romper estos protocolos y de ahí el alto número de cesáreas que se registran en algunos hospitales de la Comunidad".

Los ponentes coincidieron en que la sanidad pública poco a poco va introduciendo cambios para sumarse a la idea del parto respetado. "Hay centros que ya tienen piscinas para parir, habitaciones decoradas de forma especial y alternativas a la epidural. Todo sumado a los medios técnicos y humanos que ofrece un hospital en cuanto a seguridad", explica Javier González de Dios, neonatólogo en el Hospital General de Alicante. Por su parte, Noelia Rodríguez, supervisora del Área de Atención Integral a la Mujer Hospital Vinalopó y Torrevieja apostó por "hacer los hospitales más humanos puesto que la mujer que da a luz no está enferma". Unos cambios "que conllevan un descenso de cesáreas y episotomías".