¿Sigue siendo nuestro sistema sanitario universal?

Realmente nunca ha sido universal. Siempre ha habido algún sector de la población, como las clases pasivas, que siempre ha estado fuera. Aunque a títulos prácticos siempre ha sido universal porque quien se acercaba a un hospital o centro de salud era atendido, salvo ahora, que empezamos a tener algunas diferencias. En la actualidad, aunque hay diferentes normativas con los inmigrantes, en general se atiende igual. En los hospitales, cualquier persona que llegue es atendida igual, aunque hay problemas de continuidad, porque si luego prescribes un tratamiento y el paciente no tiene derecho ahí hay un problema.

¿Pero dependerá de las comunidades? En la valenciana hay organizaciones que denuncian que no se está atendiendo a todo el mundo.

Sí, depende de la comunidad. En Andalucía se está atendiendo a todo el mundo, pero sabemos que en otras hay más complicaciones. Hay ONGs que además están cubriendo esa parte de la atención farmacéutica.

¿Cree que en el futuro va a haber más restricciones en el acceso a la sanidad pública?

Ese es el miedo que nos da. Cuando yo era joven estaba el patrón de beneficencia para quien no hubiera cotizado y la Seguridad Social para quienes estaban trabajando. Eso es el miedo que nos da a los que vivimos esa situación, que se vayan restringiendo las cosas. Esa es la espada de Damocles que tenemos y trabajamos para que no ocurra.

Cáritas en Alicante ha dicho que ya no da abasto ¿podrán aguantar mucho más las entidades sociales llevando el peso de esta crisis?

No, las organizaciones cada vez lo tienen más difícil porque baja el nivel de dotación económica. En los comedores sociales y centros de acogida, además, ha cambiado el perfil. Ahora acuden usuarios que tenían una vivienda y una vida normalizada, pero la situación hace que vayan a comer al comedor social. Antes los usuarios de este recurso eran personas sin hogar.

Los trabajadores sociales ¿han visto restringidos programas o partidas presupuestarias?

Hay una dificultad para acceder a ciertos recursos comunitarios. Desde el trabajo social sanitario trabajamos con familias normalizadas que en un momento dado están afectadas por un problema de salud que descompone su dinámica familiar. Tratamos de recomponerla, de ayudarles para que vuelvan a una situación normalizada. A veces no hacen falta recursos externos, sino trabajar con la familia. Pero en algunos momentos necesitamos el apoyo de un recurso externo, como una ayuda a domicilio. Ese apoyo, que antes era relativamente fácil de conseguir, ahora es más complicado.

A la larga esta situación desembocará en un problema.

A la larga lo que era una familia vulnerable se convierte en una familia con un problema social.