«Los mecánicos no saben qué modelo van a tener que revisar, los de taquilla se encogen de hombros cuando les preguntan por el AVE y el servicio de abordo no sabe a cuánta gente tienen que sentar. Eso es lo que sabemos del tren». Victoriano Ortega, de la sección sindical en Renfe Alicante de CC OO, describe así el clima en la estación alicantina a un mes de la llegada de la alta velocidad. Mientras el ente ferroviario estudia cómo distribuir su flota de trenes de élite a partir del día 23 -«sólo sabemos que el último Alvia sale el 22», apunta Ortega-, los trabajadores se inquietan y hablan de «situación muy anormal».

Para Renfe, sin embargo, todo está en orden. «Hay un ajuste de horarios cuando llega el verano y muchos corredores aparecen sin servicio durante unos días. En breve, en vez de Alvia pondrá AVE» apuntaron desde el organismo de Fomento.

«Estamos estudiando qué trenes harán el servicio, así que de momento no podemos dar información sobre nada más», señalaron las citadas fuentes. Eso incluye precios, duración exacta del trayecto, paradas y frecuencias. «A quien va a Madrid el fin de semana del 22 le decimos que le podemos dar la ida, pero no la vuelta», apunta Ortega.

Los actos oficiales de la inauguración no tienen nombres ni agenda fijada, se desconoce cómo se va cubrir el transporte a otros municipios desde la estación y tampoco está previsto que la alta velocidad alicantina arranque con una red de conexión a internet inalámbrica abierta. «En principio no habrá wifi, pero tampoco lo hay en ninguna otra línea de alta velocidad. Está habiendo pruebas, pero ninguno lo incorpora todavía de forma definitiva», contestaron las citadas fuentes al ser preguntadas por las prestaciones del AVE 103 que cubre el trayecto con Málaga, anunciado como el primer convoy con conexión a internet.

La cobertura móvil «no es competencia de Renfe», de manera que «dependerá de cada operador».