Menos financiación, menos investigación. La innovación empresarial en la provincia y la Comunidad vive una de sus horas más bajas por la deuda que el Consell tiene contraída con los institutos tecnológicos, centros creados entre los años 80 y 90 para impulsar la innovación y la competitividad de las pymes, que son el sostén del tejido empresarial alicantino. En la provincia, incluso, son referentes autonómicos y nacionales Inescop -el decano en la Comunidad-, dedicado a la investigación para el sector calzado; Aitex, que lo hace para el textil; Aiju, para el juguete o la unidad técnica del instituto de la construcción (Aidico) para la industria del mármol.

Una reducción de más del 36% de los fondos procedentes del antiguo Impiva (ahora Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial, Ivace) en relación a 2010 -para este año ha destinado sólo 31 millones- y una deuda actual de 64,5 millones con el conjunto de los 14 institutos autonómicos -en octubre del pasado año superaba los 80- han reducido un 18,2% el número de proyectos de I+D+i (de los 1.053 de 2009 a los 861 de 2012) y han obligado a sus responsables a aplicar drásticos planes de ahorro que incluían ajustes laborales, incluso a endeudarse con las entidades financieras, en unos graves momentos de crisis, cuando la investigación se reivindica desde todos los organismos internacionales como la clave para salir reforzados de la actual crisis.

Sin embargo, la Generalitat va en sentido contrario. Y la realidad es que esta situación "está poniendo en riesgo la investigación" y "reduciendo la actividad de los institutos", según advierten fuentes empresariales y de los trabajadores. Este colectivo, de hecho, es de los primeros que ha acusado los ajustes. En los centros trabajaban a finales del pasado año 1.540 personas. Pero en esta travesía del desierto que está suponiendo el tijeretazo del Consell en los últimos años han perdido unos doscientos investigadores, entre Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), suspensiones temporales de empleo o reducciones de jornada. Algunos de los despedidos han tenido que irse fuera en busca de nuevas líneas de trabajo, según los institutos. Por su parte, fuentes de los trabajadores cifran la reducción de personal en 400 empleados desde que la Generalitat comenzó a recortar fondos y vislumbran un "futuro incierto porque el horizonte de la deuda no parece que se vaya a resolver a corto plazo".

Y así lo debe interpretar también el tejido empresarial, que ha ido rebajando poco a poco la petición de proyectos que realizaban con los institutos y que estaban financiados por la Generalitat porque están "desengañados", coincidían distintas fuentes sectoriales provinciales que no entienden la actual situación: "trabajos acabados, justificados, pero no cobrados", circunstancias que comparten con los institutos.

La alternativa europea

Los centros alicantinos han sido de los que menos han acusado los efectos de la crisis en comparación con los de la construcción o la cerámica. Pero los problemas por los impagos del Gobierno valenciano es común para todos. No obstante, siguen trabajando para mantener sus resultados. "El problema es que no han cobrado los proyectos realizados", insistían varios empresarios. Y para seguir adelante con las investigaciones, los institutos que conforman Redit -asociación privada sin ánimo de lucro que trabaja en colaboración con la Generalitat y de la que hace unos meses se ha salido Aidico, dedicado a la construcción- no se han quedado parados.

Tampoco los empresarios que apuestan por la innovación y todos han centrado sus miras en obtener fondos nacionales y, sobre todo de la UE "porque Europa sí que paga". Una alternativa que está dando sus frutos y que les está permitiendo avanzar en las investigaciones. Algunos institutos hablan, incluso, de un aumento de más del 20% de proyectos con fondos distintos a los autonómicos. Y esto, además de ser una salida supone un reto y un mayor reconocimiento cuando se consiguen los proyectos porque tienen que competir con otros trabajos de I+D+i presentados por otras entidades. Además, los centros buscan otras fórmulas para aumentar sus recursos propios, exportando servicios o programas desarrollados en sus laboratorios.

Los institutos siempre han ido de la mano con los sectores empresariales para aumentar la innovación de las empresas, sobre todo de las pymes. Pero en la actual coyuntura también han perdido firmas asociadas y clientes, entre otras cosas porque el tejido empresarial ha adelgazado con la crisis. Los institutos tecnológicos de la Comunidad han pasado de tener 11.883 empresas clientes en 2009 a 12.248 el pasado año. La mayor descenso se ha producido en el de las firmas socias. Han sido más de 2.000 desde 2008, ejercicio en que se comenzaron a notar los devastadores efectos de la recesión. Ahora son 5.961 empresas asociadas.

Cambio de modelo

Por otra parte, en estos últimos años de avatares, la Generalitat no sólo ha recortado la financiación, sino que ahora ha cambiado el sistema. Ha eliminado los anticipos y los fondos se pagan a proyecto acabado y justificado.

Además, el titular de Industria, Máximo Buch, ha anunciado un cambio de modelo para los institutos tecnológicos, aunque no se conocen los detalles. No obstante, los empresarios ya advierten de que "todo cambio de modelo es caro" y que "como no se haga un buen plan de innovación, las empresas estarán en inferioridad de condiciones con respecto a las de otros países".