La Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la Comunidad Valenciana (Aerte) asegura que los centros asociados a esta organización «no repercutimos los efectos o carencias de la crisis en los residentes», pese a que recuerda que durante doce meses han «sufrido los impagos de la Generalitat Valenciana» a los centros de personas dependientes.

«En Aerte nos distinguimos por la calidad y la profesionalidad de nuestros trabajadores. Los empresarios siguen apostando por la calidad debido a la vulnerabilidad de las personas con las que trabajamos», indica su directora general. María José Mira destaca que su vocación les lleva incluso a «arriesgar su patrimonio personal y familiar para ofrecer el mejor servicio independientemente de las circunstancias».

Preguntada por los geriátricos que mantienen a sus usuarios tantas horas acostados, la representante de este sector reconoce por teléfono que son «demasiadas» y nos remite a un comunicado posterior en el que añade que «los horarios no están condicionados por la crisis» sino que «son fijos».

María José Mira manifiesta también que «a pesar de las dificultades y retrasos sufridos, hay que aplaudir la vocación de los directores de centros de atención a la dependencia y tercera edad y a los trabajadores no sólo por la perfección de sus servicios, sino por esa transmisión de tranquilidad a los dependientes que están rodeados de mensajes y señales de peligro de muerte y de desaparición de un servicio que necesitan en su día a día para sobrevivir».