Sobre las once de la mañana de ayer, la Montañeta ofrecía una imagen desconcertante. Cuatro furgones y otros tantos coches de Policía con sus luces azules parpadeando frente a la Subdelegación del Gobierno y una veintena de agentes custodiando todo el perímetro de la plaza en la que, a esa hora, apenas había una docena de jubilados tomando el sol y otros tantos integrantes de la plataforma Marea Roja de desempleados de Alicante y Elche con camisetas del 15-M en alusión al movimiento del que ayer se cumplieron dos años.

Frente a la plaza, en la acera, seis personas custodiaban las mochilas, mantas y carteles de "sí se puede" con las que pretendían iniciar la que denominan "acampada por la dignidad" para reivindicar la renta básica para desempleados coincidiendo con el movimiento surgido hace dos años en toda España. No pudo ser. Los policías, por orden de la Subdelegación del Gobierno, se distribuyeron alrededor de la plaza impidiendo el acceso con mochilas o con cualquier objeto que pudiera ser utilizado para acampar. Los convocantes habían pedido permiso el día anterior para concentrarse, pero el subdelegado, Alberto Martínez, lo denegó porque no se había presentado en el plazo reglamentario.

El despliegue policial provocó estupefacción, primero, e indignación, después, entre los manifestantes y entre algunos de los viandantes que se acercaban curiosos a ver qué ocurría. "Lo que pretendemos es estar aquí de forma pacífica para abrir un debate ciudadano sobre la problemática del paro y la salida a la crisis. Son planteamientos lógicos y solidarios, y no tiene sentido esta movilización policial", señalaba Fernando Paton, uno de los portavoces del movimiento de desempleados que no entendía el motivo por el cual se impedía la acampada.

"Es una plaza pública. No agredimos a nadie y además hemos pedido permiso, pero vamos a seguir aquí aunque no podamos plantar las tiendas". Junto a Fernando, Daniel del Ramo, otro de los convocantes, definía de "actitud dictatorial" la de la Subdelegación, postura con la que coincidía Jose Antonio Fernández Cabello, dirigente de EU, quien aseguró que "vamos a presentar una protesta porque esto es desproporcionado".

Con sus trastos en la esquina, la mayoría de manifestantes a los que se fueron uniendo miembros de Stop Desahucios, extendían en la plaza unas pancartas abogando por "la dignidad de los ciudadanos y el respeto al trabajo" y por la renta básica ante la mirada de los agentes que sólo intervinieron para impedir que colgaran las pancartas de las pérgolas.

Al final, y para evitar sanciones, los manifestantes optaron por pedir un nuevo permiso para concentrarse hoy y, entre tanto, permanecer en la plaza en grupos de menos de veinte personas. "Vamos a dormir aquí aunque no tengamos tiendas, y ya veremos qué hacemos mañana. Estamos parados y tenemos todo el tiempo del mundo".

Por la renta básica para todos y el reparto del trabajo

El colectivo de desempleados del 15-M Marea Roja aboga por la adopción de medidas contra el desempleo y la marginalidad. Una de sus principales reivindicaciones es la reestructuración de las prestaciones de desempleo y la renta básica para todos los parados. Además, proponen el reparto del trabajo, la reducción de la jornada laboral, la rebaja de la edad de jubilación o el cooperativismo como medidas para reducir el desempleo. Para aumentar los ingresos, piden un mayor control del fraude, una reducción de los gastos militares y una mayor presión fiscal sobre las grandes fortunas.