Cerca de un centenar de personas donan en la provincia sus cuerpos a la ciencia. Una cifra que no ha dejado de crecer gracias, cree Del Campo, a una mayor concienciación.

¿Han aumentado las donaciones de cadáveres en los últimos años?

Sí, la verdad es que no dejan de crecer. En la última década la donación se ha duplicado y ya vamos por las cien anuales.

¿Cree que la crisis tiene que ver en esto? ¿Hay gente que dona su cuerpo a la ciencia para no cargar a la familia con los gastos del entierro?

No creo que sea tanto por la crisis como por el hecho de que la gente está cada vez más concienciada. Un elemento importante ha sido el aumento de las incineraciones que ha hecho cambiar el "chip" a muchas personas. La gente ahora piensa que si no se le va a enterrar, qué más da donar el cuerpo a la ciencia. De hecho, entre los donantes hay personas de todos los estratos sociales.

¿Hay más donantes entre la población extranjera?

Antes sí, pero en los últimos años las cifras se han igualado y las donaciones proceden al 50% de extranjeros y al 50% de población nacional.

Con estas cifras tan altas de donación, ¿se cubren todas las necesidades de la facultad?

Sí, y además nos da para enviar entre 10 y 12 cuerpos cada año a otras universidades.