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¿Cuál era su relación con Cruz Roja antes de asumir la presidencia?

Llevo 18 años colaborando en diferentes ámbitos, sobre todo en la parte de sistemas de comunicación e informática. En 2010 el anterior presidente, Emilio Bascuñana, me pidió que me encargara de la comisión de Administración y Gestión, que engloba recursos humanos, gestión e informática. Ahí he estado trabajando los últimos tres años.

Difícil momento al que llega a la Presidencia de la institución.

Yo creo que es un momento muy bueno en el sentido de que la situación de la sociedad es difícil, pero la respuesta de la gente está siendo muy buena. Cruz Roja es administradora de solidaridad y cada vez que hemos iniciado una campaña para recaudar fondos la respuesta ha sido espectacular. En años anteriores hacíamos campañas para ayudar a países extranjeros por terremotos o huracanes, pero en esta ocasión hemos hecho un llamamiento para ayudarnos a nosotros mismos y la respuesta ha sido excelente.

Tantos recortes, ¿nos están llevando a la asfixia?

Cruz Roja está en el terreno de intentar canalizar la solidaridad de la gente, por lo que las cosas que yo diga sobre ese tema se escapa de nuestra competencia o conocimiento. Solo puedo señalar que algunos recortes afectan a algunas personas en particular que se convierten en nuestros beneficiarios y que hacen que tengamos que mover la solidaridad de la gente.

También le va a tocar batallar con los impagos de la Administración que llegaron a provocar una deuda de 3 millones, ¿cómo está la situación ahora?

Hemos tenido una mejora en cuanto a los retrasos en los pagos, que no impagos. La Administración se retrasa y hace que tengamos que tirar de nuestras reservas. Pero hemos tenido un avance significativo en este terreno gracias a los programas de la Administración central para pagar contratos. Además se va a poner en marcha un nuevo programa de pagos que incluye convenios y eso nos permitirá darle un empujón a nuestra situación.

¿Cuáles van a ser sus prioridades al frente de la institución?

Cruz Roja trabaja con unas líneas estratégicas marcadas a nivel nacional, que nos marcan unos objetivos, entre ellos la atención a la pobreza, a la tensión que se genera por la falta de empleo que hace que la gente no pueda cubrir sus necesidades básicas. Esperamos que en 2013 podamos triplicar el número de usuarios de este programa de ayuda a la pobreza y en el conjunto, Cruz Roja atenderá a un 44% más de personas. Pero eso no se queda ahí. Si pasado mañana la situación es peor, trataremos de llegar a cuanta gente sea necesario.

¿Cree que es necesaria una mayor implicación de las empresas en un momento en el que las subvenciones de las administraciones se reducen?

Sí, ese es uno de los puntos de mejora que tenemos identificados. Cruz Roja tiene una amplia capilaridad con las familias pero las empresas no se han sentido tan vinculadas a nosotros, quizá porque no hemos dedicado tiempo a explicarles qué pueden hacer para ayudar a la gente que está a su alrededor. Hemos llevado acciones puntuales, como recogida de juguetes, alimentos... y la respuesta ha sido excelente, pero podemos implicarlas aún más.

Usted es profesor en la Universidad de Alicante, ¿se implican los jóvenes?

Sorprendentemente sí, aunque tenemos que hacer más cosas conjuntamente con la Universidad. Los jóvenes tienen pocos recursos económicos, pero mucho tiempo para ayudar. Si se les da la oportunidad de colaborar con acciones humanitarias, lo hacen.