La Generalitat está tramitando la autorización, mediante una Declaración de Interés Comunitario (DIC), para la construcción de un circuito de velocidad, con más de dos kilómetros de recorrido, en unos terrenos de las Atalayas que pasarán a estar protegidos en el futuro Plan General por su valor ambiental. Si, finalmente, la administración concede autorización al proyecto antes de aprobar el nuevo planeamiento, los terrenos quedarían comprometidos por un periodo de 30 años para esa actividad.

En la actualidad, con el Plan General de 1987 en vigor, la mayor parte de los terrenos donde se proyecta el circuito, entre el polígono industrial de las Atalayas y la pedanía del Bacarot, podría ser objeto de una DIC. Sin embargo, el proyecto no sería factible en ningún caso si el nuevo planeamiento estuviera ya aprobado, o si mientras se tramita se hubiera prorrogado la suspensión de licencias urbanísticas que caducó hace dos años, porque el suelo pasaría a estar protegido.

De esta forma, si se aprueba la DIC antes de que salga adelante el nuevo Plan General, la empresa podría construir y explotar el circuito de velocidad durante un periodo de 30 años en los terrenos, aunque en ese periodo pasaran a estar protegidos. Y es que la empresa ya habría adquirido unos derechos y, en caso de que la administración decidiera dar marcha atrás posteriormente y no permitir la actividad, no tendría más opción que indemnizar a los promotores.

El proyecto, al que Esquerra Unida y Ecologistas en Acción presentarán alegaciones, se plantea sobre una parcela de casi 200.000 metros cuadrados, de los que 5.663 se destinarán a aparcamiento -con 160 plazas- y 26.224 al circuito de velocidad. Se prevé también la instalaciones de boxes y una zona con cafetería y restaurante así como pistas deportivas. El objeto del proyecto, al que ha tenido acceso este diario, es la organización de competiciones de automovilismo y motociclismo así como para carreras de karts, además de presentaciones, pruebas de vehículos eléctricos o solares. También se prevé ofrecer cursos de conducción o de educación vial. Dentro de las obras, se contempla la rehabilitación de edificaciones existentes para alojamiento turístico.

Aunque la empresa promotora, Circuito de Alicante, barajó varias ubicaciones finalmente optó por esa esgrimiendo que era accesible, por encontrarse ubicada entre las autovías A-7 y A-31, y también por la disponibilidad de los terrenos vinculados a la familia de uno de los promotores.

Uno de ellos aseguró ayer a este diario que la empresa tiene la firme intención de sacar el proyecto adelante y se plantea, incluso, poder presentar alegaciones al futuro Plan General en su tercera exposición pública. No obstante, admitió que la empresa precisará apoyo financiero para construir el circuito.

Si se diera la situación de que el proyecto, pese a lograr la DIC, no llegara a ejecutarse en el plazo que se estableciera, la empresa podría perder los derechos y los terrenos mantendrían la calificación que en ese momento estuviera en vigor. Es decir, la actual, la que se contempla en la versión que se tramita del Plan General o la que se pudiera derivar si se modifica el planeamiento durante su tercer exposición pública.