Las otras peregrinas

Es el caso de las personas con movilidad reducida, como los 20 usuarios del Centro de Parálisis Cerebral Infanta Elena que ayer completaron los 5 kilómetros que les separan del monasterio en poco menos de hora y media. Acompañados de otros 20 trabajadores y voluntarios, el grupo contó para su particular peregrina con cuatro bicicletas adaptadas que han sido donadas por el Rotary Club. Durante todo el camino, los chicos se fueron turnando las bicis y dos de los usuarios hicieron el recorrido pedaleando en sus propios triciclos, "todo un reto teniendo en cuenta que hasta ahora sólo los han utilizado dentro de las instalaciones del centro", señalaba ayer Gaspar Tomás, uno de los monitores.

Escoltado por la Policía Local, el grupo llegó al caserío al filo del mediodía con el objetivo de completar la jornada visitando la Reliquia y comiendo por la zona antes de volver al centro. "Otros años hemos venido a la Santa Faz pero en autobús, es la primera vez que hacemos la romería andando", explicaba Tomás. Toda una experiencia que los chicos del centro agradecen. "Para ellos es un desahogo y una experiencia distinta que rompe con la rutina diaria", explicaba Manuela, otra de las monitoras.

Al tiempo que ellos llegaban al monasterio terminaban su visita 20 ancianos de una residencia geriátrica de El Campello. También ellos son incondicionales de la Reliquia. "Tengo 86 años y vengo siempre, desde que era pequeña y me traían mis padres", afirmaba Fina Giera al salir del Camarín. Salud y trabajo para la familia entre las peticiones que hicieron a la Santa Faz.

También ayer el monasterio recibió la visita de unos 40 internos del Cottolengo acompañados por sus cuidadoras y que escucharon, atentos, las explicaciones de José Luis Casanova, capellán del monasterio de la Santa Faz.