Unos tacones desmontables para ir elegante y cómoda, tiendas que rediseñan tu vieja ropa para ir a la última sin un gran desembolso o sombrillas con placas solares que permiten cargar el teléfono móvil. Estas son algunas de las ideas de negocio que, en apenas un minuto, presentaron una docena de estudiantes de institutos de la ciudad en un concurso organizado por la Agencia de Desarrollo Local para fomentar el autoempleo. Una jornada en la que tres jóvenes emprendedores, dos de ellos de apenas 17 años, dieron cuenta de sus experiencias en la puesta en marcha de sus empresas relacionadas con las nuevas tecnologías.

Así, durante la clausura de la IV edición del programa "Aprende a Emprender", los escolares pudieron conocer las experiencias de Luis Iván Cuende, que comenzó su andadura emprendedora con sólo doce años y que ahora es un reconocido hacker y ya ha puesto en marcha empresas de nuevas tecnologías para desarrollar aplicaciones informáticas o sistemas operativos. Su último proyecto: una "incubadora de proyectos para orientar a los emprendedores menores de 18 años y financiar sus iniciativas". Este joven, procedente de Oviedo, ya gana dinero con sus iniciativas y animó a los estudiantes de su edad a "no perder el tiempo" y lanzarse a la aventura para conseguir "cambiar el estereotipo de que somos la generación 'ni-ni'". Junto a su socio Alberto Elías, otro de los emprendedores de 17 años que expuso su experiencia ayer, dejaron boquiabiertos a estudiantes y profesores cuando relataron los múltiples viajes que han realizado y contaron que la mismísima vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Agenda Digital, Neelie Kroes, les "fichó" como asesores juveniles. Pablo Pazos, gallego de 29 años, también intervino para contar a los estudiantes como años atrás decidió lanzarse al mundo empresarial con una aplicación para el móvil que permite hacer reservas de hotel de última hora. Al igual que los anteriores, aconsejó a los jóvenes "probar, fallar y volver a intentarlo".

Precisamente, es en el campo de las nuevas tecnologías donde la mayoría de los estudiantes alicantinos centró sus proyectos emprendedores, que fueron valorados en el instante por el jurado que puntuó desde la innovación a la creatividad y la pasión en la iniciativa. El proyecto más valorado fue la sombrilla fotovoltaica que propuso Cristian Barquero, del IES Jorge Juan. En sus 60 segundos de intervención, desarrollo su idea de instalar placas solares en sombrillas con conexiones usb en el palo para poder cargar elementos electrónicos. Por ejemplo, explicó, el producto podría tener demanda en los hoteles de lujo porque "los clientes podrían cargar su móvil desde la tumbona". El segundo proyecto más valorado fue el de Samanta Villarrada, del IES Mare Nostrum, quien propuso un nuevo concepto de negocio para "reinventar el armario". ¿Cómo? La estudiante explicó que la gente podría llevar las prendas que no utiliza y "nosotros se la rediseñamos". Como prueba, un botón. La propia estudiante mostró a sus compañeros el suéter que portaba aseverando que antes era de su padre.

El tercer puesto lo compartieron los proyectos de otra alumna del Mare Nostrum, Irene Carrión, que planteó modelos para atraer clientela a los negocios ofreciéndoles "diversión" y Marina Canals, de Agustinos, con su propuesta de aplicación móvil para localizar prendas de ropa así como la tienda más cercana en la que encontrarlas, con el precio y la talla.

Los estudiantes expusieron otras ideas, como una web para ayudar a contar calorías, una panadería con pasteles de todos los rincones del mundo, la creación de una empresa de exportación de jamón o unos tacones que, al caer la noche, pueden desmontarse.