El Ayuntamiento de Alicante ha podido confirmar la ubicación exacta y algunos de los accesos de cuatro refugios antiaéreos de la Guerra Civil a través de un estudio de georradar realizado sobre el terreno para obtener una radiografía del subsuelo. En concreto, se ha constatado la localización de los existentes bajo las escalinatas del Jorge Juan, así como los que subyacen bajo la intersección entre las avenidas General Marvá y Benito Pérez Galdós, bajo Poeta Quintana y en el paseo de Gadea.

En cuanto a este último, el estudio determina que se ubica justo debajo del paseo, frente a la delegación del Consell conocida como Casa de las Brujas. Se trata, como señala el concejal de Estadística e Imagen Urbana, Adrián Santos, del que se encuentra en un mejor estado de conservación a tenor de los resultados del estudio. Por ello, será el primero al que accedan los técnicos para inspeccionar el interior y determinar si, como pretende el consistorio, es el primero en rehabilitarse para su uso público. De ser así, Santos explica que la intención pasa por convertirlo en un museo.

No obstante, el objetivo de este proyecto, en el que colaboran la Concejalía de Comercio y la Diputación, es rehabilitar varios refugios para destinarlos a diferentes usos, desde comercios a galerías de arte. "El atractivo es doble, porque además de atraer un flujo importante de personas favoreciendo la actividad comercial del entorno, también podrían albergar comercios o restauración sin que el refugio pierda su identidad y singularidad", señala la concejala de Comercio, Belén González. Es en ese mantenimiento de la identidad en lo que la edil y diputada provincial Mari Carmen de España tiene intención de incidir estableciendo pautas para garantizar una imagen homogénea y que estos vestigios de la historia no pierdan su esencia.

Casi un centenar

Aunque hay casi un centenar de estos lugares subterráneos donde se cobijaban los alicantinos de las bombas de la aviación, el que más opciones tiene para abrirse al público es el de Gadea. Santos señala que las escaleras de acceso no han podido localizarse, probablemente por encontrarse repletas de escombros tras su demolición. El acceso es, por tanto, complicado. Por ello, se pretende abrir un hueco en el paseo, a la altura de la galería principal, para que una persona pueda descolgarse hasta el interior del conducto subterráneo y verificar el estado de la losa de hormigón del techo así como la ubicación exacta del acceso.

Santos explica que se han detectado incongruencias entre los planos de los refugios que se elaboraron en los años cuarenta y los más actuales, lo que empujó al Ayuntamiento a contratar un estudio de georradar sobre el subsuelo. En el estudio se ha podido concretar, por ejemplo, que el refugio ubicado en la intersección entre Marvá y Benito Pérez Galdós se encuentra bajo la calzada y las escaleras de acceso justo donde realizan el giro los coches. De ahí que, por el momento, se haya optado por no abrirlo al público. También se ha descartado prácticamente hacerlo con el de Poeta Quintana porque dada su profundidad -el techo está a tres metros y medio- existe la posibilidad de que esté inundado, como explicó el edil. Además de los cuatro refugios sometidos a estudio, la intención municipal es realizar una localización exhaustiva del existente en la plaza de Balmis cuando se acometa la remodelación prevista de este espacio público.

Aunque se tiene constancia de numerosos refugios, el mayor problema es la localización de los accesos, para lo que el Ayuntamiento recurrió a la participación ciudadana. El consistorio tiene intención de seguir recopilando vivencias y fotografías de los alicantinos a través de visitas a los centros municipales de mayores así como con las urnas instaladas en los mercados municipales, en los accesos al Ayuntamiento y a la Diputación así como a través del portal web de Participación Ciudadana y de la web de INFORMACIÓN, que habilitará un espacio para que los ciudadanos puedan continuar colaborando con sus testimonios.