Pensó que tener el título de Periodista le abriría puertas en el mercado laboral, después de varios cursos con prácticas sin remunerar. Pero no. Tanto fue así, que dos años después de licenciarse, la alicantina María José Congost decidió dejar atrás su vida en Alicante con dos objetivos en su equipaje: buscar trabajo en cualquier sector y progresar en su alemán, un idioma que ya le resultaba algo familiar después de comenzar a estudiarlo en la Escuela Oficial de Idiomas. Ahora, tras cinco meses de vida en Austria, María José trabaja como niñera en una familia con la que mejora el alemán y el inglés.

"Creía que con la carrera terminada, tendría por fin la oportunidad de conseguir un contrato medio decente y cobrar por mi trabajo, ya que hasta ese momento toda mi experiencia como periodista había sido a través de prácticas no remuneradas. Pero nada que ver", explica María José, que llenó con su currículum los medios de comunicación, sin éxito: "No me salía ninguna oportunidad, como mucho alguna colaboración en una televisión local. En total, estuve dos años buscando trabajo sin parar, no sólo dentro del sector de la comunicación, sino en cualquier otro".

Antes de hacer las maletas, María José colaboraba para un programa de televisión y daba clases particulares a dos niños, aunque la mayor parte del tiempo "no había mucho que hacer". Así que visto el panorama laboral, empezó a valorar dejar atrás España. "Como tenía tanto tiempo libre, empecé a estudiar alemán, pensé que sería una buena inversión de tiempo y que un idioma más revalorizaría mi currículum. Me decidí por el alemán porque se escuchaba que por allí había muchas oportunidades de trabajo. Primero pensé en irme un verano fuera de España, pero al final me hablaron de la idea de ser "au pair" y me pareció un buen proyecto", explica María José, que al inicio de su experiencia en Austria vivió en la casa de la familia con la que trabajaba: "Cuidaba de los niños a cambio de alojamiento gratuito y un dinero mensual para gastos". Ahora, aunque continúa ejerciendo como niñera (ahora por horas), se ha independizado".

En su adaptación a Austria, María José destaca la importancia que tuvo una chica vasca que conoció al poco de llegar al país. "Ella lleva bastante tiempo viviendo aquí y siempre me ha ayudado. Además, me introdujo en su grupo de amigos, formado por gente de muchos países, y gracias a ella la vida aquí ha sido más fácil".

Cerca de cumplir su primeros seis meses en Austria, María José ya piensa en su futuro. "Tengo contrato hasta agosto, pero ya estoy buscando otras opciones laborales. Yo quiero trabajar, lo menos importante es donde sea", explica la joven periodista, quien admite que hacerse con las costumbres no resultó sencillo: "Cambias de costumbres horarias, de comidas, de clima... Vives en una casa con una familia que no conoces. Pero lo que más cuesta arriba se me hizo es estar lejos de mi gente, sobre todo y para mi sorpresa, de mis padres", explica.

María José recuerda cuando decidió dejar su casa para probar fortuna en Austria. "Antes de dar el paso, lo comenté con mis padres y, aunque les daba pena, estuvieron de acuerdo conmigo. Ellos me vieron en Alicante durante el tiempo que busqué trabajo sin éxito y en el que no tenía nada que hacer. Creo que por todo eso me animaron y me dijeron que me ayudarían en todo lo necesario".

De Alicante, además de su entorno familiar y de amigos, echa en falta el sol y poder ver la playa. Aunque no se plantea volver pronto. "Las empresas hace mucho tiempo que se nutren en exceso de la figura del becario. Me parece bien que se dé oportunidades a los estudiantes, pero no que se prescinda de profesionales formados. De hecho, tengo compañeros de carrera que también han emigrado para poder trabajar".

"Estuvimos la familia en Navidad para que disfrutara las fiestas"

"Fueron unas fiestas diferentes, nada que ver con las vividas hasta ahora, pero guardamos un recuerdo genial. Decidimos irnos todos -mi marido Vicente, mi hijo Carlos y su novia- para que mi hija pudiera disfrutar de la Navidad como si estuviera en casa", relata María José Marín, madre de María José, quien admite que disfrutar de esas fechas señaladas rodeados de nieve supuso una experiencia "inolvidable".

María José Marín, que ya teme que su hijo Carlos acabe siguiendo los pasos de su hermana cuando acabe sus estudios de restauración, explica que animó a su hija cuando supo que ésta se iba a Austria. "En Alicante, sufrió en primera persona la explotación laboral. Cuando me dijo que se iba, le animé, porque aquí era muy difícil que pudiera conseguir un trabajo", explica María José, quien cuenta que su "máxima ilusión" es que su hija encuentre una oportunidad en el sector del periodismo. "Aunque sabemos que es muy difícil por el obstáculo del idioma. Pero sea en Austria o en otro sitio, lo que queremos es que trabaje en aquello para lo que se ha formado. Es su ilusión", concluye.