Una voz y la llama de una vela, sumada a otra voz y a otra vela encendida y así , cada vez más voces, cada vez más luz, hasta que todos los niños del coro de la Escolanía del Misteri d´Elx iluminaron con la pureza de su canto la sala sinfónica del Auditorio Provincial y el alma del público que les escuchó. Un remate perfecto para finalizar la XXVIII edición de la gala de los «Importantes» de INFORMACIÓN, porque esa primera canción que interpretaron las Voces Blancas resumió el espíritu del evento organizado por este periódico el pasado jueves. Las personas son lo realmente importante, las personas que se unen y se ayudan. Y la solidaridad es una fuente de calor, especialmente en tiempos oscuros.

Esa calidez impregnó la gala de unos «Importantes» que más que nunca premiaban el esfuerzo colectivo e individual de quienes han destacado trabajando por atender, e intentar dar respuesta, a necesidades sociales que actualmente no cubren las instituciones ni los partidos políticos.

Precisamente por ello, también fue patente en el Auditorio el que los políticos tuvieron menos protagonismo que en anteriores ocasiones. Hasta algunos concejales del Ayuntamiento de Alicante se quedaron con los ojos a cuadros, al comprobar que estaban situados varias filas por detrás de ciudadanos de a pie.

La gente lo notó, lo comentó y, a la mayoría, le gustó.

Tras la presentación del acto, con un discurso que sitúo lo que vendría a continuación, la ovación al Banco de Alimentos, «Importante» de enero, ya arrancó con entusiasmo. Tirios y troyanos, al margen de ideologías, reconocieron por unanimidad la labor ejercida por esta entidad. Similar acogida obtuvieron los investigadores Carmen Nájera y Miguel Yus, galardonados del mes de marzo.

Pero el Auditorio realmente vibró y los aplausos retumbaron cuando llamaron para recoger su premio al profesor José Antonio Fernández Cabello. Ex alumnos, alumnos actuales, viejos conocidos y algunos militantes de EU, partido del que fue coordinar general de Alicante y candidato a la Alcaldía, se pusieron en pie para homenajear a este catedrático jubilado, que continúa ejerciendo voluntariamente la docencia a inmigrantes en el Instituto Virgen del Remedio.

Fernández Cabello, con su habitual discreción, pero sin renunciar a la oportunidad de defender aquello en lo que cree, subió al escenario a paso tranquilo y, antes de saludar a los presentadores, mostró al público una camiseta con el lema: «Por una enseñanza pública, laica y de calidad» y volvió a doblarla. Mientras, a escasos pasos en el estrado, le aplaudía el rector honorario de la Universidad de Alicante, Antonio Gil Olcina, que hace décadas le dio clase de Geopolítica. Ambos se saludaron cariñosamente, sin que el clamor del público cesase o bajase de intensidad.

Hubo también a quien no le hizo gracia el gesto de la camiseta, según comentaban en el cóctel posterior; pero se podían contar con los dedos de una mano, y sobran, los que se atrevieron a criticarlo públicamente.

El profesor decía después que «estoy muy emocionado... y tanta gente que ha venido a felicitarme, pero este premio no es mío, es el reconocimiento del trabajo de muchos». Y su mujer, tras él, señalaba «para mí es el más importante, ya lo era antes de hoy; porque estoy muy orgullosa».

Otra que no cabía en su piel de orgullo, y estaba muy sensible era la policía nacional de Alcoy Tamara Salom, que salvó de la muerte a un ciudadano poniendo su cuerpo de parapeto para evitar que se estrellara contra el suelo. «Es que hoy he sentido que por esto vale la pena ser polícía, no por el premio, por haber hecho algo así, por ayudar a la gente. Estoy muy orgullosa de ser policía y quise serlo para salvar vidas. Yo sé que hay cosas que a la gente no les gustan de nosotros, pero estamos a su servicio». No se sentía una heroína, el Cuerpo era su héroe.

Antes que a ella, el público que abarrotaba el Auditorio también dispensó una calurosa acogida al artista Arcadi Blasco, gravemente enfermo. Su sobrino, agradecido y con gesto de triste resignación, recogió el premio en su nombre.

Y el «Importante» del mes de agosto, compartido por Isra García, que al encontrarse en la India, estuvo presente mediante una simpática grabación de video, y la fotógrafa Cristina de Middel, fue un foco de alegría en la fiesta general.

Este fue el «Importante» más especial para todos los que estamos vinculados a «Información». Se premiaba a una magnífica profesional que trabajó en esta casa, una mujer que ha obtenido reconocimiento internacional, tan valiente como innovadora. En esta ocasión, los más emocionados, además de sus familiares, fuimos sus compañeros.

Más tarde, Cristina explicaba que «han venido hasta las amigas de mi madre. Es que, aunque haya recibido otros premios, este es de mi tierra, es el que te dan en tu casa ¡Buff! Para mis padres esto es más que un homenaje en Nueva York».

El que la mayoría de los «Importantes» de 2012 tuvieran nombre y apellido marcó la diferencia. Más personas, menos entidades, más emotividad. A quien más o quién menos, había alguno, o por conocimiento propio, o en razón de la labor desempeñada, que le tocaba la fibra. O sea que, la temperatura de la sala era más que templada y en muchos momentos asomaron lagrimitas, o estallidos de vítores.

Bien fuera por su labor por la sanidad pública, por el fervor de sus pacientes o de sus alumnos, el médico sajeño Vicente Gil fue otro de los premiados que cosechó la aclamación de las más de mil quinientas personas que abarrotaban la sala principal del ADDA.

A esas alturas, le correspondía el «Importante» de octubre, las manos picaban de tanto dar palmas. Pero si los asistentes al acto le demostraron su respeto y reconocimiento, él fue incluso más expresivo al manifestar su emoción. A duras penas contenía la satisfacción y cada vez que alguien se acercaba a darle la enhorabuena la mirada se le empañaba.

El chef estrella de la Comunidad, Quique D´Acosta, mantenía el tipo pero también tuvo su instante de tragar saliva, a pesar de que está entrenado en lo de recoger galardones. A nadie deja indiferente lo de ser profeta en su tierra.

El último premio, el de los campeones de taekwondo Jeong Cheol Kim y su hija Laura Kim, volvió a levantar a más de una fila de sus butacas. A juzgar por los bravos y silbidos, debían haber acudido todos los compañeros de gimnasio, además de amigos y familiares. La sala, se entregó.

En total, más de 2.000 personas se dieron cita en el vestíbulo del ADDA para relacionarse en el cóctel que se ofreció tras el acto, y la esencia de la gala de los «Importantes» de 2012 dio pie a muchos comentarios. La mayoría de los asistentes captó perfectamente el mensaje, el periódico quería destacar la labor de la sociedad frente a la incapacidad de las distintas administraciones y entidades para solucionar los problemas de los ciudadanos. «Los políticos no tienen ninguna credibilidad. Ni este ni otro gobierno parece que tengan ideas para sacarnos de este atolladero, lo único que verdaderamente está funcionando es la solidaridad, la iniciativa colectiva o individual. Está clarísimo. Excepto Fabra ni siquiera ha entregado un premio un político. Hoy no era su día», señalaban en una charla entre tres profesionales liberales.

Otros destacaban a su vez la defensa de la enseñanza y la sanidad pública, o el apoyo a la investigación. «Es decir, a todo lo que nos están recortando», manifestaban unos profesores.

Horas después, en los corrillos, aun se comentaba lo entrañable de una gala concebida como un homenaje a los ciudadanos, que fueron las estrellas de la noche.