Un nuevo caso de suicidio por desahucio. Esta vez en Alicante, donde un hombre de 46 años se ha quitado la vida ante la comisión encargada de desahuciarlo de su vivienda en el barrio de Los Ángeles por no haber pagado el alquiler desde hace unos cinco años, según el propietario de la vivienda.

La comisión judicial que se disponía a hacer efectivo el desahucio de la vivienda de Alicante ha encontrado al hombre, transportista de profesión, ahorcado en el interior, según ha confirmado a Europa Press la Comisaría Provincial de Alicante.

Los hechos se han producido sobre las 12.30 horas, cuando después de llamar en varias ocasiones y no obtener respuesta del inquilino, la comisión ha requerido la presencia de un cerrajero. Una vez que han conseguido entrar, las personas que estaban allí han descubierto el cadáver del inquilino ahorcado y han llamado a la policía. Además, han podido ver como la casa se encontraba repleta de basura por todas partes.

El juzgado de Instrucción número 7 de Alicante, en funciones de guardia, ha realizado el levantamiento del cadáver del fallecido, según las mismas fuentes judiciales, quienes han detallado que el juzgado de Primera Instancia 5 de Alicante llevaba el procedimiento contra el inquilino por impago de alquiler.

"HABÍA ADVERTIDO QUE LO HARÍA"

El fallecido tenía dos hijas y era natural de Barcelona, donde reside toda su familia, y en la actualidad, vivía solo en la vivienda en la que ha sido encontrado muerto en Alicante, según han detallado fuentes de su entorno.

Un conocido del fallecido ha explicado a Europa Press que "la gente que lo conocía se esperaba que lo hiciera", porque, según ha detallado, "había advertido muchas veces" con quitarse la vida si lo desahuciaban y tenía todo preparado para ello.

Esta semana van cuatro casos ya. La semana comenzó con la noticia de que un hombre de 56 años se había quitado la vida en el municipio vizcaíno de Basauri debido a los problemas que tenía para pagar la hipoteca. Ayer, un matrimonio de jubilados se suicidaba en su vivienda de Cas Català, en el municipio mallorquín de Calvià, después de recibir el aviso de que iban a ser desahuciados del domicilio por impago, según dejaron escrito en una carta.