El nuevo examen práctico para obtener el carné de conducir que entró en vigor ayer debutó con una elevada incidencia de suspensos en la capital alicantina, donde acuden a examinarse aspirantes de buena parte de la provincia. Entre las novedades, los aspirantes tienen que resolver cuestiones cómo localizar el depósito del líquido de frenos, comprobar el nivel de aceite o demostrar que saben dónde se encuentran la rueda de repuesto y las herramientas para cambiarla. Otra de las novedades son los diez minutos que deben conducir sin prácticamente indicaciones por parte del examinador.

Aunque para muchos de los aspirantes los cambios han supuesto una mayor complicación de la prueba, tanto profesores y examinadores coinciden en que garantiza que quienes la superen estarán verdaderamente preparados para circular. La mayor dificultad que se introduce, y en ello están de acuerdo alumnos, profesores y examinadores, son los más de 25 minutos que dura el examen y que a partir de ahora se siguen a rajatabla. "Ahora se cumple escrupulosamente la duración y, como consecuencia, aumentan las probabilidades de cometer errores", indica el profesor de autoescuela Francisco Javier Buades. Este último sostiene que de los cuatro alumnos que se presentaron ayer, tres aprobaron. Pero esa no fue la tónica general de un día en el que prevalecieron los suspensos. Aunque incide junto a otros profesores y examinadores en que es pronto para evaluar resultados. Otro profesor, Francisco José Martínez, matiza que "el examen no se interrumpe como antes, salvo faltas graves". Este último considera que "el examen no es más difícil si quien se presenta está preparado" e incide en que "quien aprobaba antes puede hacerlo ahora, pero el que antes superaba el examen por suerte ahora lo tiene más complicado".

Una de las aspirantes suspendidas, Eloisa Gadea, indicó que se presentaba al examen por segunda vez y aunque "creí que iba a ser peor, si lo he encontrado más complicado que la primera vez que lo hice porque ha sido más largo". Alfredo Gadea se presentó ayer por primera vez pero se mostró convencido de que "con el otro examen me hubiera ido mejor". Para los alumnos las preguntas que se introducen sobre el funcionamiento del vehículo, en las que se les insta, por ejemplo, a abrir el capó y localizar el depósito del líquido de frenos, también complica la prueba. En cuanto a la novedad de que en los primeros diez minutos los aspirantes deban conducir sin recibir instrucciones del examinador es visto por algunos como un punto a su favor porque les confiere tranquilidad, pero no para otros que aseguran que si conoces bien la ciudad es una dificultad añadida.

"La finalidad es mejorar la calidad y la seguridad para evitar incidentes por encima de todo", comenta una de las examinadoras, quien admite que de cinco alumnos apenas había aprobado uno. Otra examinadora consultada señaló que no había aprobado a ninguno hasta el mediodía. "Ahora no vienen a pasar un examen, sino a demostrar que saben circular", apuntó.

El presidente de la Asociación de Autoescuelas de Elche y vicepresidente en Alicante, Gregorio Sabater, afirmó que la prueba permitirá a los futuros conductores ser más autónomos y eficientes. "El hecho de que ellos puedan elegir el itinerario hace que se fijen más en las señales", sostiene y apunta que los estudiantes se han ido adaptando a la nueva normativa durante sus prácticas.