El conseller de Economía, Industria, Turismo y Empleo, Máximo Buch, resucitó ayer una polémica que llevaba dormida ya ocho años, al anunciar el reconocimiento de "Valencia" como la quinta marca turística de la Comunidad Valenciana. Algo que Alicante venía reclamando, periódicamente, prácticamente desde que se comenzó a hacer política turística desde el Consell, y que también solicitó en su día Elche. Ambas frenadas siempre desde la Conselleria en aras a buscar una centralidad, y no desviar más la atención sobre el mensaje central Comunidad Valenciana (Land of Valencia en las ferias internacionales).

Un mes después de hacerse cargo de las responsabilidades turísticas del Consell tras la caída de Lola Johnson, Buch despertó el fantasma de las marcas y elevó a Valencia a los altares turísticos en base, según sus propias palabras, a que "se ha convertido en un destino atractivo cada vez más demandado por visitantes nacionales e internacionales, como así lo demuestran los más de un millón y medio de turistas que la visitan a la largo del año", según apuntó en una nota tras presentar en Valencia el estand que llevará la Generalitat a Fitur.

La muestra que ha recortado al cien por cien la presencia de los municipios. De hecho, el Ayuntamiento de Alicante contará, por segundo año, consecutivo, con un mostrador en el espacio reservado para la Costa Blanca, por imposición del presidente Fabra para ahorrar un 33% el presupuesto y un 40% el espacio expositor. Como ya sucediera en la edición de 2012, la representación de los municipios se ha reducido a la mínima expresión, ya que la oferta se unificará por productos. Reducción que afecta mucho menos a las desde ayer cinco marcas oficiales-Valencia Terra i Mar, Castellón Mediterráneo, Costa Blanca, Benidorm y Valencia- que tendrán expositor propio y bajo cuyo paraguas acudirán empresarios y localidades.

El municipio de Valencia vuelve a adelantarse a Alicante, como sucedió con el tráfico de cruceros, y contará con "marca oficial", con lo que, de entrada, accederá también a un convenio anunciado por el conseller Buch para desarrollar acciones conjuntas de marketing de los destinos y productos turísticos que configuran cada una de ellas.

El debate sobre la necesidad de que Alicante tenga marca turística oficial no es nuevo. De hecho, periódicamente el Ayuntamiento presenta nueva imagen y eslogan a modo de marca, pero nunca ha tenido el reconocimiento oficial del Consell, lo que no le permite contar con espacio diferenciado en las ferias tuteladas por la Generalitat. Algo que sí sucede con Costa Blanca, Benidorm y el resto de las marcas oficiales. De hecho, la propia ciudad de Alicante, capital de la provincia con la que comparte topónimo, se promociona desde el año pasado en la ferias incrustada en la marca Costa Blanca, gestionada por la Diputación, y que representa a todos las poblaciones.

El hecho de que Valencia sea considerada ya un marca turística oficial por la Generalitat no cayó bien en Alicante. La presidenta de la Asociación Provincial de Hoteles, Cristina Rodes, subrayó, en este sentido, que "sin entrar a valorar por qué si a Valencia y no a Alicante, claro que me parece mal. Nuestra ciudad tiene la mala fortuna de coincidir en nombre con el de la provincia y eso nos ha restado presencia. Debiéramos tener una marca potente y con presencia y no estar bajo la marca genérica Costa Blanca".