La lluvia de millones en el barrio de Benalúa ha aliviado el bolsillo de muchas familias directamente, pero hay quienes no han tardado en ver la oportunidad de poder beneficiarse del efecto en cadena. Con el premio en la mano es de esperar que muchos anden perdidos sobre cómo gestionar su dinero o qué hacer con él, que se planteen hacer hacer la reforma que antes no podían acometer o que estén dispuestos a afrontar gastos extra que antes no podían afrontar. La previsión de estas nuevas necesidades, no ha tardado en obtener respuesta. De ahí que en los últimos días hayan proliferado en el barrio los anuncios de abogados, asesores y gestores del patrimonio así como de obreros, carpinteros o academias de clases particulares e idiomas.

Aunque el empapelado de fachadas y farolas con anuncios es habitual en el barrio, el que permanezcan prácticamente intactos evidencia su reciente colocación. En la misma calle y con apenas media hora de diferencia, este diario pudo comprobar como dos personas colocaban carteles con sus anuncios, una en los portales y otra en los parabrisas de los coches ofreciendo clases particulares de inglés. En los comercios también han notado este efecto, pues apenas unos días después del sorteo comenzaron a dejar en sus establecimientos folletos con información acerca de los servicios que ofrecen bufetes de abogados y asesores fiscales. "Ya se nos han agotado", señaló Ignacio Nour, propietario de un bar, quien se mostró esperanzado con que "la alegría que ha salpicado al barrio traiga movimiento y trabajo para todos". A Belén Ramos todavía le quedaban algunos folletos en su panadería, en concreto los realizados por un despacho especializado en la gestión del patrimonio que están dirigidos directamente a los ganadores del premio. "A nosotros también nos dejaron publicidad sobre servicios de asesoría e inversiones, pero se han agotado", señala Jesús Ingelmo, dueño de una carnicería.

Por ahora, el efecto cadena todavía no acaba de verse en los comercios del barrio, pues estos tres comerciantes sostienen que las ventas se mantienen prácticamente similares. "Esperemos que la cosa se anime cuando la gente cobre los premios", indica Nour, quien lamenta que él no está entre los agraciados. Como él, otros comerciantes del barrio no han sido tocados por la suerte, lo que, en algunos casos, ha despertado malestar. Por el barrio corren comentarios acerca de los conflictos que ha levantado el premio, por ejemplo, entre quienes suelen compartir la lotería, pero no lo han hecho en esta ocasión. Y es que el premio es el centro de las conversaciones y los bulos corren como la pólvora. Hasta la propia Hoguera que repartió el premio han llegado algunos, por lo que su presidenta, Pilar Rodríguez se afana en aclarar que la gestión de las papeletas es impoluta y que "no se han hecho más participaciones de las que correspondían". Rodríguez asegura también que "todos los clientes fijos tenían" participaciones y señala que continuan realizando las validaciones para poder pagarlas.