¿Cómo está afectando la crisis a los nervios de los trabajadores?

La crisis ha acabado por aumentar el nivel de estrés de los trabajadores. Se han hecho estudios preguntando a la población si pensaba que en los próximos 5 años su estrés iba a aumentar y la respuesta era abrumadora. El 82% de los griegos y el 62% de los españoles pensaba que sí, frente al 16% de los noruegos. La situación es fácil de entender: con la crisis sigue habiendo el mismo trabajo pero menos gente para hacerlo y lo más importante es la incertidumbre de los trabajadores y de los directivos al no poder llegar a los objetivos a los que estaban acostumbrados.

Griegos y españoles los más estresados. ¿No se ha dado la vuelta a la tortilla?

No creas, el estrés laboral siempre ha sido más alto en España que en otros países de Europa. En los países nórdicos cuidan más la intervención sobre las fuentes de estrés laboral y procuran que haya más equilibrio entre el entorno familiar y laboral.

Con la excusa de la crisis, ¿se han olvidado las empresas de las políticas de conciliación?

Sólo el 26% de las empresas dedican algún recurso a cuidar el estrés de sus empelados

¿Quiénes llevan peor esto de la ansiedad, los jefes o los empleados?

Genéricamente es muy complicado establecer diferencias. El directivo está estresado porque no llega a los resultados y traslada ese estrés a sus empleados. La tendencia más natural es que si quiero resultados presione, pero lo más seguro es que esa presión provoque un bloqueo en los subordinados y no logre los resultados. En todo caso, el estrés del manager es diferente al del empleado. Por ejemplo, en el empleado el segundo motivo de estrés es la relación con su jefe, algo que no le pasa al manager.

¿Qué puede hacer una empresa para rebajar el grado de estrés de sus trabajadores?

Hay que actuar sobre los factores que causan el estrés y ver cómo está organizado el trabajo. También es importante comunicar a la gente qué pasa realmente en la empresa y no fomentar la información incorrecta. Hay otros elementos, como dar mayor control al empleado sobre su tarea. Sin embargo, nunca vamos a poder eliminar todo aquello que genera estrés, porque además, el estrés es la respuesta lógica para adaptarnos a los cambios. El problema es que si es frecuente y prolongado produce sintomatología que perjudica al individuo.

¿Y qué puede hacer el trabajador para intentar que no le desborde?

Desde los departamentos de recursos humanos habría que formar a los empleados para aumentar su capacidad de hacer frente al estrés, darles herramientas para superarlo. Una de ellas es la reestructuración cognitiva. Lo que nos estresa de una cosa es el significado que le otorgamos. No a todo el mundo le estresa igual que su jefe le diga "si no vendes te despido". A veces distorsionamos la realidad de una forma estresante y eso explica que yo me estrese más en mi puesto de trabajo que mi compañero. Otras herramientas son saber decir que no, gestionar mejor tu tiempo, el estilo de vida saludable... Si el estrés se encuentra con un organismo potente, va a tener más problema para dañarlo y ahí la calidad del sueño es fundamental.

¿Ha aumentado mucho el consumo de antidepresivos en los últimos años?

Su consumo es altísimo con varios factores que lo explican y no sólo la crisis. Los médicos de familia, que nunca recetaban un ansiolítico o un antidepresivo, han perdido el miedo a hacerlo. Ven que no hay contraindicaciones ni efectos secundarios y los recetan más.

¿Puede ser peligrosa esta mayor dispensación de ansiolíticos por parte de los médicos?

Si realmente no está indicado es como matar moscas a cañonazos. Cada vez hay más medicaciones que son suaves o naturales y que pueden ser un paso previo a consumir directamente un antidepresivo. Además, hay que tirar un poco más de terapia. Hay que enseñar a la gente a manejar su estrés para eliminar ansiedad.