S e imaginan a Silvio Berlusconi y a Eduardo Zaplana bajando del mismo avión privado en El Altet Pues algo así pudo pasar ayer, aunque al final no ocurrió, en el aeropuerto provincial. La coincidencia consistió en que en un escaso periodo de tiempo aterrizaron en la zona reservada para los «jets» privados dos aviones: uno de la flota del ex primer ministro y magnate italiano -12.000 millones de euros de fortuna personal según la revista «Forbes»- y el otro, de los que utiliza habitualmente el portavoz del PP en el Congreso para desplazarse entre Madrid y Alicante.

Del aparato de Berlusconi no bajó el empresario, del otro sí que lo hizo Zaplana. No obstante, el rumor de que «Il Cavaliere» y dueño del Milan estaba en la provincia tuvo en vilo a mucha gente durante toda la jornada. Al final se supo que el potentado italiano no viajaba en su avión y, por lo tanto, no se encontró con Zaplana, quien, sin embargo, acabó la jornada en Roma en el mitin de un partido coligado con el de Berlusconi. ¡Cuánta casualidad! Zaplana había llegado en un avión privado a El Altet a media mañana y, tras unas horas en Alicante - hay quien asegura en el PP que las aprovechó para entrevistarse con José Joaquín Ripoll en pleno fragor de la crisis con el campismo por las listas - , el portavoz popular volvió al aeropuerto y en el mismo «jet» privado despegó rumbo a la capital italiana. Horas después, hacía acto de presencia en Roma, donde tuvo una breve intervención en el congreso nacional de la Unión de los Democráticos Cristianos (UDC); para destacar, muy en su estilo, que, al igual que en España, el Gobierno de Italia «está atado por radicales y extremistas». [El Ejecutivo transalpino, que encabeza Romano Prodi, está formado por 16 partidos que abarcan todo el arco político y van desde la UDEUR, formación conservadora que forma parte del Partido Popular Europeo, hasta Refundación Comunista y los Verdes]. Casualmente, la figura de Berlusconi también planeó sobre este congreso de la UDC, toda vez que la alianza democristiana con el centroderecha del ex primer ministro atraviesa una seria crisis tras el apoyo de estos últimos al Ejecutivo de Prodi en una votación clave para la estabilidad del Gobierno italiano. Pero, más allá de las casualidades y afinidades políticas, cualquier vuelo privado que utilice Zaplana remite al polémico uso de estos aparatos realizado por el ex ministro durante sus escasos dos años de mandato al frente de la cartera de Trabajo, en los que gastó 15.000 euros en viajes en aviones privados, según la intervención de Hacienda, que ha vetado el pago de dos facturas y censurado otras tres de una compañía privada de aviación por considerar injustificados los gastos.