Medio centenar de personas se concentraron ayer por la tarde en la plaza del Ayuntamiento, mientras se celebraba el Consejo Escolar Municipal, para reclamar la pervivencia de las dos escuelas infantiles municipales que ven peligrar por el cambio de estatutos. En la nueva normativa propugnada por el concejal, Antonio Ardid, se contempla por vez primera que "en caso de disolución del patronato, los trabajadores pasarán a ser funcionarios del Ayuntamiento". La comunidad educativa opina que es un aviso a navegantes y que se quiere acabar con estas escuelas, las únicas públicas de Alicante junto a las dos de la Generalitat. El edil afirma que no se ha redactado así para eliminar las escuelas, sino para asimilar a los trabajadores al resto de las dependencias municipales. Ardid añade que los estatutos no reducen plazas para los niños y que tampoco baja la calidad educativa.