"Sin dinero no hay comida para los chiquillos y la empresa lleva aguantando mucho tiempo sin cobrar". Así explicaba ayer Josué, vicepresidente de la AMPA del colegio Isla de Tabarca de Alicante, el corte de tráfico de la Gran Vía que llevaron a cabo un centenar de padres y madres en hora punta para llamar la atención de Educación sobre el impago de las becas de comedor.

Son 150.000 euros los que se han ido acumulando desde febrero en el debe de la Generalitat para con la empresa que sirve las comidas cada día a unos 200 niños, la gran mayoría con la beca completa por la grave situación económica que atraviesan sus familias en uno de los barrios más deprimidos de la ciudad. Para estos alumnos, la del comedor constituye prácticamente la única comida fuerte que realizan al día, y la empresa concesionaria del servicio lo sabe porque lleva cuatro años sirviendo el catering al mismo centro.

"Ya no aguanto más el tirón y advertí de que el lunes tendría que cerrar, pero he llegado a un acuerdo verbal con la secretaria del director general de Centros, Jorge Cabo. Ellos harán lo imposible por pagarme y yo no cierro el lunes. Sin embargo, si el día 21 no he cobrado, el 7 de enero, a la vuelta de las vacaciones, no podré seguir dando comidas", explicó ayer la responsable del servicio.

Hace ya una semana que la dirección territorial de Educación recibió un escrito de esta empresa reclamando el pago de las deudas de comedor. Sin embargo, ayer mismo desde Educación negaron que hubiera ningún conocimiento oficial sobre el cierre del comedor y se felicitaron por el "acuerdo" alcanzado, que asegura el mantenimiento del servicio el lunes próximo. Es el primer comedor que corre auténtico peligro de cerrar ante la deuda acumulada por el Consell.

Intervención policial

El improvisado corte de tráfico protagonizado por los padres del colegio en la Gran Vía generó un importante colapso de coches durante un cuarto de hora, y llevó a un conductora a increpar agriamente a los manifestantes. La llegada de numerosos efectivos policiales dio por finalizado el conflicto, tras solicitar la documentación de los responsables de la AMPA y advertirles de que es necesario solicitar la manifestación con tiempo ante la subdelegación del Gobierno. "A veces se actúa sobre la marcha pero es que queremos que siga esta empresa, que ha estado dando de comer a nuestros hijos sin cobrar y para eso la elegimos en el consejo escolar todos los años", concluye Josué.

"He invertido todo mi patrimonio pero ya no me queda nada"

La empresa de comedor del colegio Isla de Tabarca de Alicante está ahogada económicamente, pero ha logrado pasar el año sin deber dinero a nadie, a pesar de que no ha cobrado desde febrero ni un euro de Educación. "Lo único que no he podido pagar es el IRPF de Hacienda, 3.400 euros, y de 25 trabajadores hemos pasado a 15, pero este mes de diciembre ya no puedo pagarles. He puesto todo mi patrimonio en esta empresa, el dinero de casa e incluso el sueldo de mi marido que trabaja en el juzgado, para que los niños puedan comer, pero ya no me queda nada. Hasta aquí he llegado". María Ángeles Pujante se resiste a tener que cerrar, pero sin facturar le resulta imposible seguir. Los años de experiencia le han llevado a programar menús muy concretos para estos niños, en su gran mayoría de raza gitana, a quienes gustan más en general las habichuelas que los garbanzos, y las sopas fuertes, con jamón. "Son costumbres a las que me he acomodado para conseguir que coman todos, eso sí, siguiendo siempre una dieta de nutrición adecuada". La situación a la que le han llevado los impagos de Consell sabe que la van a pasar otras pequeñas empresas como la suya. "Las firmas más grandes sirven a colegios con niños que pagan el comedor, pero en éste están casi todos becados y yo no he recibido ningún dinero", se lamenta. Se confiesa una luchadora y confía en que Educación le pague antes del día 21 "porque me han ahogado y ya no tengo para las nóminas".