La concejala y exportavoz municipal socialista Elena Martín se queda sin sueldo municipal a partir del 1 de enero como consecuencia del castigo que le impone la ejecutiva local de su partido por sus declaraciones contra el portavoz municipal de su grupo, Miguel Ull, al criticar que para investigar las contratas de Enrique Ortiz el PSOE se haya aliado con UPyD.

El "caso Elena Martín" ha provocado en el seno del PSOE Local el más difícil todavía, ya que las distintas facciones del partido han conseguido lo que parecía imposible y es elevar más las tensiones y las amenazas, hasta llegar en el día de ayer a situaciones que parecían esperpénticas, con presiones desde Valencia para que se diera marcha atrás, amenazas de dimisión de Ull y advertencias de desde la ejecutiva local de que "no nos moverán".

La cronología de lo sucedido se inicia en la mañana de ayer cuando el portavoz municipal socialista habló individualmente con los ediles de su grupo y les comunicó su decisión de suprimir la dedicación exclusiva municipal a su predecesora en la portavocía municipal. La baja de una edil por enfermedad con cuyo apoyo contaba ha dejado la correlación de fuerzas en el grupo en una situación inestable, por lo que ante las dudas de que el colectivo de ediles refrendara la sanción a martín, Ull optó por el "ordeno y mando" y sin reunir al grupo presentó en el registro municipal un escrito en el que solicitó que se le retire la retribución municipal a Martín y se le conceda a María José Adsuar, la edil que entró en el Ayuntamiento tras la baja de Pablo Rosser.

Fuentes del partido señalaron al respecto que inicialmente Ull tenía un plan distinto, que consistía en proponer el sueldo municipal a Gabriel Moreno, con lo que recuperaría una retribución que su partido le retiró hace apenas tres meses. Sin embargo, tal propuesta no fraguó y tuvo que optar por Adsuar.

Sobre esta decisión sin contar con el grupo municipal, Ull señaló a este periódico que estaba autorizado para ello por la ejecutiva local y apostilló que, no obstante, había convocado a sus ediles esa misma tarde para informarles de todo.

Tal reunión de grupo sin embargo fue suspendida ante la sorpresa de propios y extraños. La respuesta oficial de Ull a este periódico es que se debía a "razones orgánicas del partido", y al preguntarle si podía ser más preciso, afirmó que había recibido la orden del secretario local, Gabriel Echávarri, y que la había acatado aunque admitió que desconocía las razones, pero apostilló que confiaba en saberlas a lo largo de la tarde.

La suspensión de la reunión de ediles generó interpretaciones de todo tipo entre ediles y militantes socialistas, hasta que finalmente se supo que detrás de esta decisión estaba el mismísimo Ximo Puig, secretario general del PSPV-PSOE, quien, según fuentes socialistas, ya había advertido a Echávarri el día anterior, en un encuentro en Madrid, sus reparos a un castigo tan severo a Martín.

Para defender esta posición Puig, ante la imposibilidad de desplazarse él hasta Alicante, delegó en el secretario de organización, Alfred Boix, aprovechando su estancia en El Campello.

Las presiones desde Valencia se intensificaron hasta el punto que, según fuentes socialistas, Ull advirtió que si tenía que dar marcha atrás en el caso Martín presentaba su dimisión fulminante en el Ayuntamiento. La misma fuente indicó que desde la ejecutiva la postura era similar, con el consiguiente riesgo de descomposición total del PSOE local, por lo que finalmente desde Valencia se cedió y las cosas quedaron como estaban. Pofr tanto, todo apunta a que el castigo a la ex portavoz se consumará aunque las tensiones y conflictos se prolonguen.

"Hay que evitar divisiones internas"

"Lo que hay que hacer es tomar decisiones justas y dar una solución de futuro, evitando divisiones internas que impliquen agravar el problema actual. Esta es la posición del partido a nivel del País", manifestó Ximo Puig al ser preguntado por los acontecimientos en el PSOE local. El secretario general del PSPV añadió que confiaba en el secretario local, Gabriel Echábarri, pero agregó que "el objetivo es caminar hacia una situación de futuro y esto pasa por una solución satisfactoria" a este caso. Puig añadió que "unos y otros tienen que estar a la altura de las circunstancias" e insistió en que con sus palabras "no quiero provocar un lío". Para el líder socialista en la actual coyuntura de su partido lo fundamental es conseguir aunar posturas dentro del partido, lo que parece contrario a la decisión de la ejecutiva local al provocar más enfrentamientos y ahondar en las divisiones.