Hasta cinco viajes tuvo que hacer ayer un helicóptero desde el Castillo de Santa Bárbara hasta el colegio San Roque en el casco antiguo, para trasladar las vigas y las vallas que protegerán al nuevo centro escolar de los posibles desprendimientos de rocas del Benacantil. Los realizó, eso sí, en un tiempo récord, ya que, aunque se había previsto que el traslado del material se realizara a lo largo de toda la mañana, en menos de dos horas se habían efectuado todos los viajes y antes de la diez ya se habían depositado todas las piezas en la ladera del monte.

El uso del un helicóptero fue necesario ante la imposibilidad de los camiones de acceder a la zona, al tratarse de un área muy escarpada, por lo que se tuvo que trasladar en camión el material a la explanada del Castillo de San Bárbara y, desde allí, llevarlo con el helicóptero hasta la zona del monte que hay a espaldas del colegio. A consecuencia de los trabajos, el castillo se cerró durante toda la mañana al público y se cortó su suministro eléctrico debido al trasiego del helicóptero. Los turistas que intentaron acceder a la fortaleza se encontraron con el portón de acceso cerrado a cal y canto y con un cartel en la puerta avisando de la clausura del recinto durante toda la mañana. Un trabajador, eso sí, informaba pacientemente a los visitantes que se atrevían tocar al portón de la realización de las maniobras.

Tal como señaló ayer el gerente de la Oficina de Gestión del Plan de Rehabilitación del Centro Histórico (Plan Racha), Gaspar Mayor, responsable de los trabajos, la próxima apertura del colegio hace necesaria la colocación de vallas protectoras en la ladera del Benacantil en prevención de posibles desprendimientos de piedras o de tierra al tratarse además de una zona muy escarpada. "Hace ya tiempo realizamos una actuación similar para proteger las casas que hay en la ladera del monte, pero entonces el área que da al colegio no se protegió porque ahí no había nada, pero ahora es imprescindible". Para ello, se ha optado por adquirir unas vallas metálicas que actuarán como amortiguador en caso de la caída de cascotes, algo que no es inusual sobre todo en caso de que se produzcan lluvias intensas. "Son unas vallas de una empresa suiza que utilizan allí como protección en caso de avalanchas", señaló Gaspar Mayor. Las vallas, tal como indicó el gerente, se van a instalar en los próximos días aunque el centro escolar todavía está en obras y no abrirá sus puertas previsiblemente hasta después de Navidad o incluso hasta Semana Santa.

Los trabajadores del centro escolar seguían ayer trabajando en el colegio después de que el helicóptero hubiera terminado el traslado del material. "Ha ido todo muy rápido. Apenas se iba, cuando volvía con más piezas", señaló uno de los trabajadores de la obra. Ante la espectacularidad del traslado, algunos de los obreros llegaron a hacer fotos de las idas y venidas del aparato resaltando la rapidez de los traslados. De hecho, para depositar las piezas en el monte, el helicóptero no llegaba a tomar tierra, sino que permanecía en el aire mientras varios trabajadores se ocupaban de desenganchar el material y dejarlo en la montaña.