Máximo Buch, el conseller de Economía en el que Alberto Fabra no confía para asumir las competencias de Hacienda, visitó ayer la sede provincial del PP en una jornada aciaga para los populares. Una más. Durante una reunión con dirigentes locales del partido en la provincia, no se refirió a la dimisión de José Manuel Vela. Aparentó normalidad. Pero si la cara es el reflejo del alma, desde luego, la de Buch era un poema. Y la situación que atraviesa la organización era, desde luego, la comidilla de muchos cargos populares, entre los que se ha extendido la preocupación por la falta de respuesta del PP, una evidencia más de la debilidad en la que se mueve, a día de hoy, la formación que amasa la inmensa mayoría del poder político en la Comunidad Valenciana.

"En otro tiempo, al caso de Vela hubiéramos respondido recordando el juicio por revelación de secretos contra Ángel Luna. Pero ahora no somos capaces de hilvanar esos discursos. Y, además, no calan", reflexionó un dirigente del PP. Cierto, en todo caso, que no es lo mismo. Ni de lejos. Luna enseñó en las Cortes un informe policial, bajo secreto de sumario, en el que se denunciaba el supuesto reparto de comisiones en la visita del Papa a Valencia. Y Vela habría filtrado un documento judicial a un parlamentario imputado -Rafael Blasco- por seis delitos en una red de corrupción. "No es el mismo caso pero sí son los mismos delitos. Es verdad que parte de la gente ya no nos compra el mensaje", prosiguió un cargo popular que se queja de la incapacidad del PP para limitar el deterioro que sufre el partido.

Esa petición de pasar al contraataque no sólo afecta a la réplica contra la oposición sino que también reclama, por ejemplo, "mano dura" contra Rafael Blasco, al que se considera responsable del caso de Cooperación y, en último extremo, de la salida de José Manuel Vela. Un asesor de Rita Barberá pidió ayer desde su cuenta de Twitter la marcha del exsíndic del PP en las Cortes. Pero el vicepresidente de la Generalitat, José Císcar, volvió a capear el temporal con la tesis que, desde hace tiempo, mantiene el Consell: Fabra actúa cuando tiene competencias pero no puede meterse en los asuntos de cargos públicos de elección directa. "Las actas son personales", recordó de nuevo Císcar en su comparecencia.

El jefe del Consell, durante un acto de reivindicación del cava valenciano celebrado en Requena, se mantuvo en su discurso. Agradeció la dedicación "en cuerpo y alma" del dimitido conseller Vela al gobierno valenciano; se mostró frío y distante con Pedro Hernández Mateo; y descartó que se vaya a producir una remodelación profunda e inminente de su gabinete. Lo hará con calma. Fabra dijo no estar arrepentido "en absoluto" de poner el listón muy alto en las causas judiciales que afectan a cargos del PP. "Lo que tenemos que hacer los políticos es generar credibilidad. Hemos hecho muchas cosas y algunas de ellas mal, seguro, pero lo que no podemos tener es ningún tipo de duda. Hay una línea muy clara y es la línea de la transparencia y de la legalidad y nadie que la quiera traspasar estará en el PP", lanzó en un mensaje similar al que ya traslado esta semana en Madrid.