Sin excepciones ni matices. Las instrucciones que planifican el curso que viene consolidan la feroz subida de ratio en las aulas iniciada este curso en función de la demanda de los padres, para dar un paso más. La totalidad de los colegios de Infantil y Primaria para niños de 3 a 11 años deberán asumir una ratio de hasta 30 alumnos por aula sin que se introduzcan variables en función de la escolarización de alumnos con dificultades educativas, como hasta el momento.

La norma que hoy presenta la Conselleria de Educación a los sindicatos representantes del profesorado, y que ayer adelantaba la federación de enseñanza FETE-UGT, "no toma en consideración la realidad de nuestro sistema educativo", en referencia al progresivo descenso de la natalidad y del alumnado inmigrante. Teniendo en cuenta estas circunstancias, que los propios responsables de la conselleria han citado reiteradamente entre los datos del inicio del curso, "se hace innecesario el incremento generalizado de la ratio escolar y de los horarios del profesorado", como precisa Javier González Zurita en su denuncia, puesto que el descenso de alumnado por estas circunstancias "permitiría introducir parámetros de calidad y no se van a aprovechar".

Las nuevas instrucciones no contemplan excepciones como serían los criterios con que se construyeron los centros a partir de la ley LOE, en los que no resultaría posible aplicar una ratio de 30 alumnos porque no se cumpliría la premisa de los 2 metros de distancia entre las mesas de los niños más pequeños de 3 a 5 años; o de un metro y medio para los de Primaria y Secundaria.

Otras medidas de ponderación que se tenían en cuenta para la matrícula, como las barreras físicas entre barrios, la promoción de grupos enteros de alumnos, o la distribución geográfica de los centro pierden también validez en aras del "automatismo puro". Según FETE se condena al cierre a los colegios públicos más deprimidos y se suprimirán puestos docentes.

"La Ley Wert tiene más peligro del que parece"

La Coordinadora de profesores interinos (CPI) organizó ayer una charla en el Instituto Cavanilles de Alicante dirigida a docentes y familias, en la que el profesor de Geografía e Historia de Castellón, Francesc Cerdá, desgranó los "peligros" que derivan de la nueva ley de Educación, LOMCE. "La libertad de centro es una falacia porque bajo la premisa de que se clasifiquen por su calidad, quien no tenga dinero para desplazarse a los mejor puntuados se quedará relegado y segregado". Cerdá añade que los ranking atienden a los modelos del Reino Unido y EE UU, sin atención a la diversidad y programados para una Formación Profesional de segunda para los no universitarios. Una educación mercantilista", dijo. V. B.