Alberto Fabra, presidente de la Generalitat y líder regional del PP, le echó ayer un capote a Sonia Castedo y, durante la entrega de los premios de la Asociación de la Empresa Familiar celebrada en Alicante, se mostró convencido de que, al final, la alcaldesa será capaz de demostrar su inocencia en la investigación judicial por el supuesto amaño del plan urbanístico de la ciudad a favor del constructor Enrique Ortiz, sumario en el que la primera edil y dirigente del PP está imputada, junto a su antecesor Luis Díaz Alperi, por los delitos de cohecho, revelación de información privilegiada y tráfico de influencias. "Yo confío en Sonia Castedo", proclamó el titular del Consell que por contra, en ningún momento, desautorizó las declaraciones de José Císcar -número dos de la Generalitat y máximo responsable de los populares alicantinos- que, el pasado viernes y en medio de fuertes presiones de la cúpula nacional del PP, aseguró que "ante cualquier imputación", como es el caso de la alcaldesa de Alicante, "yo hubiera dimitido".

En plena tormenta política después de conocerse el vídeo que contiene la declaración de la alcaldesa en el TSJ y de escuchar sus conversaciones con Enrique Ortiz, Alberto Fabra ofreció un respaldo personal a Sonia Castedo, apeló -como Mariano Rajoy dos meses antes de la dimisión de Francisco Camps- a la "presunción de inocencia" y se mostró seguro de que "al final" la investigación del PGOU "va a quedar en nada". Al término del acto, el titular del Consell trató de rebajar la tensión generada en los últimos días, al menos, hasta que el TSJ decida si la tramitación judicial llega hasta el final. Aunque Génova tiene muy claro el camino, la dirección regional del PP quiere apurar todas las posibilidades y evitar que se traslade una imagen de soledad de la alcaldesa. Castedo, en todo caso, ya ha dejado claro -la última vez el pasado viernes durante un homenaje de sus amigos en la red social Facebook- que es consciente de que el camino que le queda por delante lo tendrá que recorrer en solitario.

El encuentro entre Fabra y Castedo, con José Císcar de acompañante, se convirtió en el centro de atención. El vicepresidente del Consell ya esperaba a la alcaldesa, con gesto más serio que en otras ocasiones, minutos antes de iniciarse el acto. Hubo saludo con dos besos y lluvia de "flashes". "Yo creía que la foto era para el presidente", bromeó Castedo mientras un grupo de cargos del PP -Juan de Dios Navarro, Macarena Montesinos, las diputadas Trini Miró y Pilar Sol, el senador Julio de España y concejales como Marta García-Romeu, Carlos Castillo o Juan Seva, entre otros- aguardaba al líder regional del PP. Luisa Pastor y César Augusto Asencio, en nombre de la Diputación, llegaron después. Un séquito más reducido que durante los mandatos de Francisco Camps y, desde luego que los que se organizaban en la época de Zaplana. Son otros tiempos. Ni Fabra manda tanto, ni el PP de la Comunidad está tampoco a día de hoy para demasiados artificios pirotécnicos. Luego Fabra y Castedo compartieron el acto sentados uno junto al otro entre alguna confidencia.

Sin entrar a valorar las escuchas policiales porque, apuntó el jefe del Consell, "una conversación privada, al cabo del tiempo y luego expuesta a juicio público, no sé si cualquiera la podría aguantar", Fabra dijo estar "convencido" -palabra que utilizó en varias ocasiones- que Castedo "podrá demostrar que su trabajo siempre ha ido en la línea de generar mejor calidad de vida a los ciudadanos de Alicante". Ese es el motivo que hace a Fabra estar "convencido" de que "no se va a producir" la apertura de juicio oral, la línea roja que en su día marcó la dimisión de Camps.

Eso sí, el jefe del Consell, en ningún momento, entró a valorar la declaración de Císcar que ha abierto la caja de Pandora. "Yo, las decisiones que tenga que tomar, cuando me afecten a mí, las diré", respondió a una pregunta sobre su actitud en el caso de que estuviera, como Castedo, imputado. "Lo que debemos velar es para que haya un proceso transparente, donde se respete la presunción de inocencia", apuntó antes de insistir en que la alcaldesa saldrá indemne del proceso, de dejar claro que el trámite del PGOU de Alicante estuvo marcado por la "transparencia" y de mostrar su "confianza" en la regidora alicantina.

"Los que conocemos a la alcaldesa estamos convencidos de que este proceso al final quedará en nada y que, dentro de toda esta tramitación del PGOU, el proceso fue transparente y siempre buscando únicamente el beneficio de la ciudad de Alicante", aseveró. "Tengo plena confianza en las personas del partido, conozco a Castedo. A mí me genera confianza. Los que trabajan para sacar adelante una administración, creo que merecen todo el respeto y también en este caso la presunción de inocencia: yo confío en Sonia Castedo y espero, y estoy convencido, de que va a poder demostrar su inocencia", concluyó.