Más de 200 personas, entre trabajadores, familiares y usuarios de centros de discapacitados y enfermos mentales, se sumaron ayer a la marcha de la discapacidad, que llegó a Alicante procedente de Elda en la tercera etapa de una columna que se dirige hacia Valencia para reclamar "respeto y dignidad" y el pago de los atrasos a los centros de discapacitados, que abocan al cierre a muchos de ellos, que ascienden a 15 millones de euros solo de Bienestar Social.

"El conseller lo está haciendo muy mal y debería irse", dijo Elvira Montes, de la asociación de síndrome de Marfan. Agripa Hervás, trabajador del sector de la discapacidad, reclamó un calendario de pago inmediato y destacó la precaria situación de centros como Capaz de Novelda, cuyos trabajadores llevan once meses sin cobrar. Alfonso Rodríguez, de Afema,advirtió del desabastecimiento de algunos medicamentos para enfermos mentales.

Los participantes siguieron su marcha a San Vicente, donde el grupo municipal de EU calificó de vergonzoso que el Consell quiera implantar el copago en el sector.