"Me preguntan por qué elegí Cardiff. Se extrañan de que esté aquí y no, por ejemplo, en Londres. Muy pocos graduados eligen Gales para trabajar. De hecho, es la zona del Reino Unido con más índice de paro, aunque las cosas no pintan tan mal como en España. A la pregunta, yo respondo que había oído hablar muy bien del país y de su gente. Cardiff es una capital mediana, que tiene todos los servicios, pero que escapa del estrés de Londres. Además, ofrece algo que me gusta mucho: está al lado del mar. Aunque aquí el invierno es muy crudo", explica Francisco Javier Antón, que dejó su Elche natal a mediados de 2011, en busca de una estabilidad laboral y una realización profesional que ya le sonaba a utopía.

Enamorado de las telecomunicaciones desde muy joven, no tuvo duda a la hora de elegir carrera. "Estudié Ingeniería de Tecnologías de Telecomunicación en la Universidad Miguel Hernández de Elche, siempre fue un sector que me atrajo. Era el boom de las telecomunicaciones y estaba muy ilusionado con mi futuro".

Sin embargo, esas expectativas no tardaron en torcerse. "Comenzaron a decirnos en la universidad que el trabajo ya no se conseguía antes de terminar la carrera, que cada vez era más difícil. Yo no me lo quería creer. Aunque empecé a pensar en tener que salir de Elche para trabajar, pero nunca me planteé el hecho de abandonar España. Era algo impensable", admite Francisco, que ahora es el responsable de informática en una cadena de farmacias en Gales.

El 17 de julio de 2005, Francisco presentó el proyecto final de carrera, una fecha que coincidió con su primer día como informático en la CAM. "Era una oportunidad, una forma de hacer currículum, de aprender. Estuve tres años, siempre con contratos de obra y servicio, a través de una subcontrata", explica Francisco, que con el paso del tiempo se dio cuenta de que su futuro no pasaba por allí: "Al principio estás contento, pero luego compruebas que aunque te dejas los cuernos no consigues mejorar en lo laboral. Ves que no puedes promocionar, así que tres años después de entrar empecé a buscar otras alternativas laborales".

Francisco comenzó a echar currículums por España. "Ya por entonces me planteé salir del país. Pero como conseguir un trabajo era complicado, busqué becas".

El programa de movilidad Argo, promovido para impulsar la formación de los titulados, le llevó hasta Portugal. "Cuando me aceptaron, comuniqué a los responsables de mi empresa que renunciaba al trabajo. Entendieron mi postura, que fuera ambicioso y buscara oportunidades para sentirme realizado en lo profesional".

La beca le llevó seis meses a Oporto, hasta mayo de 2009. "Tuve entre manos un proyecto de reconocimientos de personas. Ahí me sentí teleco, ¡por fin! Era un sector nuevo para mí, el de la investigación. De la beca, me llevé una mejora de mi currículum y un idioma más, el portugués".

Concluida la beca, intentó probar suerte en el mercado laboral luso, pero sin éxito. "Me tocó volver a España y durante tres meses no encontré nada, hasta que me surgió una buena oportunidad en Elche, como administrador web. ¿Lo malo? En octubre de 2009, de nuevo estaba en el paro".

Dos meses después y con el nuevo aeropuerto de El Altet en plena construcción, Francisco pasó a ser el responsable de la instalación de las comunicaciones. "Fueron seis meses, de nuevo otro trabajo temporal. Ahí, en junio de 2010, ya me planteé seriamente irme al extranjero. Estaba cansado de esta inestabilidad".

Gales era su objetivo. "Me fui a probar, pero con muchas más expectativas que en España. Hice un curso para mejorar mi inglés y empecé a echar currículums. Nunca descarté trabajar de lo que fuera, pero de inicio quería probar de lo mío, sentir que mis años de universidad habían servido para algo".

El regalo de la Navidad de 2011 llegó en forma de trabajo. "Desde entonces, soy el responsable informático en una cadena de farmacias. La experiencia no puede ser más positiva. Ellos son amables, educados y agradecidos conmigo, me dan libertad total para trabajar. Yo estoy contento por la estabilidad laboral y me siento muy respetado, valorado y realizado".

Pero Francisco no sólo se muestra satisfecho en lo profesional. "Estoy muy a gusto en la ciudad, pese a que echo de menos la vida social en la calle. Aunque, de todo, lo que más extraño es el sol. Me gustaría volver a casa. A mi país le dije 'hasta luego', nunca 'adiós'".