La posibilidad de que la Generalitat incumpla el acuerdo por el que se comprometió en su día a financiar 18 millones de las obras del Auditorio de la Diputación (Adda) parece más factible a medida que pasa el tiempo y no que no llega ni un euro desde Valencia a las arcas de la institución provincial. La corporación que preside Luisa Pastor, incluso, ya ha sacado la deuda de sus balances, como quedó constatado ayer durante la aprobación en el pleno de la Diputación del Informe de Cuentas correspondiente a 2011. A pesar de firmar hasta dos compromisos de pago, como admitieron desde la institución alicantina, en ningún momento, la Generalitat llegó a tramitar los convenios, lo que significa que, a día de hoy, la deuda no está ni siquiera reconocida por la administración autonómica. César Augusto Asencio, diputado de Hacienda y vicepresidente de la Diputación, confía en poder cobrar el dinero y restó importancia a la decisión de que no figure en los balances provinciales.

Durante su intervención en el pleno de la Diputación, el socialista, Alejandro Soler exigió un listado con la cantidad exacta que la Generalitat tiene pendiente con la institución alicantina. El diputado, en conversación con este periódico, recordó la mencionada deuda de 18 millones correspondiente al proyecto del Adda que, en estos momentos, ni figura en los balances de la Diputación ni tampoco en los presupuestos de la Generalitat. También denunció que otros 3,6 millones correspondientes a compromisos de pago del Consell se han apuntado dentro de los activos de dudoso cobro. La Diputación, sin renunciar a las cantidades, admite que difícilmente podrá cobrar. "La Generalitat no ha pagado ni un euro de su compromiso con el Adda, 18 millones de euros que no figuran en las cuentas y otras cuantías que han pasado al apartado de dudoso cobro. Menos dinero que la Diputación tendrá para invertir en los municipios de la provincia", subrayó Soler.

Cuando Joaquín Ripoll anunció el inicio de las obras del Auditorio en 2005, el entonces conseller de Economía, Gerardo Camps, firmó un protocolo de intenciones por el que se comprometía a saldar la mitad del proyecto hasta una cuantía total de 18 millones. Cinco años más tarde, con la infraestructura a punto de terminarse, Gerardo Camps volvió a rubricar otro convenio que ya incluía un calendario de pago a plazos, del que no se ha cumplido ni un sólo abono. César Augusto Asencio, vicepresidente de la Diputación, explicó que no puede incluir la cuantía en el informe sobre las cuentas, simplemente, porque la Generalitat nunca llegó a registrar aquel convenio. Así que la deuda, más allá del compromiso verbal, no existe. "Nunca se ha reconocido ese pago", explicó anoche el dirigente del PP.

El diputado de Hacienda, en todo caso, confía en que la Generalitat acabe remitiendo el dinero a sabiendas de que, de ninguna forma, será sencillo. "El pasado mes de agosto le remití a la Generalitat una propuesta con un calendario de pagos. Lo vamos a seguir reivindicando", destacó Asencio que cargó contra la oposición por criticar los impagos del Adda y no felicitarse por la "buena salud económica" de la Diputación que, según el acuerdo plenario de ayer, cerró 2011 con un superávit de unos 30 millones.