"Desde que me licencié en Bellas Artes, he encadenado un trabajo con otro, pero siempre han tenido un carácter temporal o simplemente eran becas". Ariadna Robles, consciente de que alcanzar la estabilidad laboral en su entorno habitual rozaba la utopía, se lanzó a la aventura y desde el pasado mes de marzo vive en México, donde trabaja como restauradora de espacios arqueológicos. "Se me acabó una beca de un año de duración en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) y surgió la posibilidad de irme a México. Envié el currículum, me contrataron y no me lo pensé dos veces. Fue emocionante pensar que iba a trabajar en un lugar con tanta historia".

Para Ariadna, trabajar en México tenía además un componente emocional. "Mi padre investigó la cultura maya y para mí es ilusionante trabajar ahora en la restauración de parte de esos símbolos".

Creativa desde la cuna, Ariadna estudió Danza en el Conservatorio de Alicante y, posteriormente, se trasladó hasta Valencia para cursar la licenciatura en Bellas Artes en la Universidad Politécnica. "Siempre tuve inquietudes artísticas. Por la restauración me decanté en tercer curso de carrera, aunque en esa decisión primaron las salidas laborales...".

Ya en su periodo formativo, estuvo ligada a la cultura y el arte desde una perspectiva laboral. "Fui gestora cultural en la Universidad, primero en calidad de becaria y luego como contratada". Eso sí, tampoco escapó a trabajar en cuestiones poco relacionadas con su preparación. "Estuve un verano como dependienta en una tienda".

Con la carrera llegando a su fin, Ariadna valoró qué hacer con su futuro. "Empecé el máster necesario para hacer el doctorado, pero al final lo dejé porque conseguí trabajo en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, (MACA). Fue mi primer trabajo como licenciada y tuve mucha responsabilidad. Me encargué durante algo más de medio año de restaurar elementos del patrimonio urbano de la ciudad".

Luego llegó una beca para el Museo de Bellas Artes de Valencia, de apenas tres meses, y un contrato de ocho meses con el Ayuntamiento de Elche... "Así pasaron tres años, encadenando contratos o becas de media duración, con demasiada temporalidad".

La última oportunidad laboral en Alicante le llevó a dedicar el año 2011 al MARQ. "Fue una experiencia muy interesante. Allí hice un poco de todo, pero sobre todo restauración arqueológica".

Con la inestabilidad laboral como argumento de vida, llegó a oídos de Ariadna la posibilidad de probar fortuna en México. "¡Imagina! ¡En la cuna de la civilización maya...! Llevo aquí desde el mes de marzo y estoy encantada, aunque adaptarse a este país es complicado", asegura Ariadna, que debe trasladarse a un pueblo cercano a su residencia para conectarse al mundo a través de Internet. "Me alojo en un hotel que está en plena selva, donde está situado el yacimiento de Dzibanché. Los mosquitos nos tienen aburridas, aunque aquí hay animales para todos los gustos: serpientes, tarántulas, ratas, escorpiones... No sé si miedo, pero sí debes de tener cuidado".

Pero en México, asegura, no sólo hay que tener precaución con el mundo animal. "Es un país peligroso. De hecho, aquí no te puedes fiar ni del Gobierno ni de los policías. Suena duro, pero es así. El primer pueblo en el que me alojé, por ejemplo, me recomendaron no salir por la noche...".

Con todo, México también tiene su cara amable. "Tiene una riqueza cultural increíble y la gente es muy hospitalaria, aunque bastante machista. El interior del país es mágico, nada tiene que ver con lo que se vende al turismo, como las playas de la Riviera Maya".

Y ahora que se ha quitado el miedo a vivir fuera de España, pocas intenciones tienes de volver. "Sólo veo las noticias una vez por semana, pero es suficiente... Creo que me quedaré por aquí. Me he iniciado en el buceo y he recuperado el pulso a la danza, que dejé hace años. En lo profesional, ahora me interesa probar en Guatemala. Aquí los españoles titulados estamos muy bien considerados".

"Cuando me dijo que se iba, me pareció una idea excelente. Es el momento para salir"

"Yo me he criado en Guinea Ecuatorial, así que no me parece tan exótico que mi hija lo deje todo en Alicante para irse a México". Mercedes Rodríguez, madre de Ariadna, lo tiene claro: "Cuando me dijo que le había salido una oportunidad para trabajar en las zonas arqueológicas de México, me pareció una idea excelente, aunque le dije que era una decisión personal que debía tomar ella. Además, ahora, con esta situación, no sólo es una buena idea, sino que es el momento oportuno para salir y tener unas miras más amplias. Creo que ya es hora de que dejemos de mirarnos el ombligo. Ella está en la mejor edad -28 años- y es una chica muy madura".

Las tecnologías, admite, acortan la distancia con su hija y no olvida que años atrás las comunicaciones eran mucho más complejas. "Me imagino a mi madre, cuando estaba en Guinea, intentando comunicar con su familia... Ahora todo es fácil. Hablamos mucho", apunta.