Amando de Miguel estuvo el viernes en Elche para hablar, dentro de las actividades del Ciclo Novaire, de la jubilación voluntaria. ¿Realmente la gente se retira cuando quiere o cuando se lo imponen?

Actualmente, a partir de determinada edad, se produce una jubilación forzosa, de la que estoy totalmente en contra. Lo correcto sería estudiar caso por caso atendiendo a la salud de las personas. Las jubilaciones forzosas no tienen sentido a no ser que sean por cuestiones de salud, como los mineros o pilotos. Este tipo de jubilaciones son una idea primitiva que no responde a una sociedad actual. Cuando comenzaron a imponerse la esperanza de vida era de 40 años, ahora la gente llega a los 65 en condiciones excelentes. El Gobierno quiere que trabajemos más años pero las empresas no buscan contratar a gente mayor. ¿Cómo se combina esto?

Es un a verdadera contradicción, porque pese a que la gente tiene cada vez mejor salud para trabajar las empresas optan por prejubilaciones a determinada edad. Es un derroche de recursos económicos y afectivos. Aunque la gente al principio está contenta de jubilarse antes, eso es un desastre. Los primeros meses serán maravillosos porque te vas a pescar, pero la persona no tiene sentido de su vida sino hace un trabajo productivo.

¿Qué le parece el papel que están adoptando nuestros los mayores en esta crisis, cuidando de los nietos y ayudando con su pensión al resto de la familia?

Están ayudando en especie y con dinero a esta generación. Son los que han acumulado las viviendas, después de muchos esfuerzos, y estos bienes redundarán en sus hijos o nietos. Además, tenemos por primera vez una generación de abuelos que tienen biznietos. Eso hace que volvamos a tener familias extensas.

¿Cómo cree que se siente esta generación de mayores que lucharon para darle un futuro mejor a sus hijos y ahora les tienen que volver a ayudar?

Hay una frustración general. Si la generación anterior hacía un sacrificio para que los hijos estudiaran, el resultado era inmediato. Los hijos vivirían mejor que sus padres. Eso era el progreso. Ahora no, los hijos pueden tener más estudios que los padres y aún así serán mileuristas, es una verdadera frustración.

¿Qué salida le ve a esta crisis?

Está siendo más larga y honda de lo que nos decían. No es sólo una crisis financiera ni de burbuja ni de bancos. Esos son sólo efectos. Es una crisis más profunda que significa un cambio hacia un tipo nuevo de sociedad.

¿Qué peso tendrá la clase media en esta nueva sociedad? Se dice que tiende a desaparecer.

No es verdad. Será un sociedad que no crecerá económicamente ni en cuanto a población. Se crearán otros equilibrios y se acabará eso de crecer por crecer, porque hemos llegado al límite.