A modo de aviso a navegantes, el presidente del PP en la provincia de Alicante, José Císcar, comenzó a dibujar ayer la hoja de ruta que marcará las decisiones del partido de cara a los próximos comicios electorales de 2015 y que pasa por la exclusión a rajatabla de aquellos candidatos con autos judiciales de imputación.

El también vicepresidente del Consell advertía de esta pauta a la que se acogerá la formación en la confección de sus listas, en una visita a Alicante coincidiendo en tiempo con el desplazamiento a Valencia de la alcaldesa de la ciudad, Sonia Castedo, para prestar declaración en los juzgados tras su imputación por los supuestos delitos de tráfico de influencias y cohecho en relación al planeamiento urbanístico de Alicante, en una de las piezas separadas del "caso Brugal".

Císcar expuso que este paso responde a la "máxima" expuesta por el presidente regional del PP, Alberto Fabra, y que pasa por "no incluir candidatos imputados en las listas", siempre que esa imputación "venga dada por un auto judicial".

Después de remarcar que aún faltan más de dos años para las próximas elecciones autonómicas y locales en la Comunidad, Císcar dio un poco de oxígeno a la primera edil de Alicante y consideró que hay "tiempo suficiente" para que el Tribunal Superior de Justicia resuelva "los casos que tiene", en alusión al PGOU de Alicante.

Preguntado de forma directa por la alcaldesa de la ciudad, y si ésta debería renunciar a su acta de diputada autonómica, el presidente provincial del PP recordó casos como el del expresidente de la Generalitat Francisco Camps quien, por ejemplo, dimitió de su cargo de jefe del Consell cuando se dictó la apertura del juicio oral, o por contra el del exconseller de Cooperación , Rafael Blasco, quien no lo hizo. Aún así, subrayó que en ninguno de estos casos "son cuestiones equiparables" y deseó "suerte y ánimo" tanto a Castedo como a Luis Díaz Alperi -imputado también por el PGOU de Alicante- a la hora de afrontar sus declaraciones ante los magistrados.

Por otra parte, Císcar descartó ayer un posible adelanto electoral en la Comunidad Valenciana tras los buenos resultados obtenidos por el PP en Galicia. Según el vicepresidente esta opción "causaría un perjuicio enorme". Ahora bien, Císcar admitió que la marca PP ha sufrido un desgaste. Es más, consideró que el partido "posiblemente esté en el peor momento" debido a la erosión evidente, causada por el actual escenario de crisis económica". "Es un proceso de desgaste necesario, pero está demostrado que afecta más no hacer nada", añadió, en alusión a la derrota del PSOE en las últimas elecciones generales.

El dirigente popular puso sobre la mesa ayer una situación que está en boca de la mayoría de los dirigentes populares, si bien la desmoralización que afecta a los populares valencianos se ha frenado en seco con los buenos resultados de Alberto Núñez Feijóo en Galicia, el espejo en el que Fabra quiere verse reflejado.

Según Císcar, "estamos en un momento clave de la crisis económica, en el que convocar ahora unas elecciones autonómicas no sería responsable", dado que esta medida traería "más inconvenientes que ventajas". Todo para añadir que "lo que la Comunidad necesita es que la Generalitat pague". En una situación "tan delicada para la autonomía que el PP no va a tomar decisiones pensando en la ventaja electoral", remarcó.