La consellera de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Isabel Bonig, ha afirmado hoy que el Consell tiene "la obligación de reducir y redimensionar" una empresa, FGV, que tiene 1.805 trabajadores para prestar servicios en Valencia y Alicante, "porque en Castellón no" tiene estructura.

Bonig ha asegurado en Les Corts, en respuesta a una pregunta de Compromís, que Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana continuará ofreciendo un servicio de calidad y sostenible, pero es necesario conseguir la reducción al mínimo posible del déficit de explotación.

Según los datos ofrecidos por la consellera, entre 2003 y 2011 se han invertido 795 millones de euros en obra ejecutada y 425 millones en material móvil en la red de Metrovalencia, mientras que en el TRAM de Alicante las inversiones han ascendido a 643 millones en infraestructuras y 97 en material móvil.

Además, ha recalcado que de 51 millones de viajeros se ha pasado a casi 70 millones en ese periodo.

Bonig ha señalado la dificultad de mantener casi 300 kilómetros de línea de metro, "los mismos que tiene Madrid pero con una masa crítica inferior", y ha añadido que la red de metro de la capital de España cerró 2011 con 365 millones de viajes, y la red de FGV con 71 millones.

"Todo eso se costea gracias a los impuestos de los valencianos", ha afirmado la consellera, que ha asegurado que las líneas 1 (de Villanueva de Castellón a Bétera y Llíria) y 9 (Alicante-Benidorm-Denia) no se cerrarán sino todo lo contrario, tendrán una inversión adicional "para mantenerlas y mejorarlas".

Sobre un expediente de regulación de empleo en FGV, la titular de Infraestructuras únicamente ha dicho que se presentará al comité de empresa antes de hacerse público.

Por el momento se está elaborando un plan de saneamiento y "si hace falta un ERE, los primeros que han de conocerlo son los trabajadores".

El diputado de Compromís Juan Ignacio Ponce ha opinado que la reducción de plantilla conllevará una reducción de la seguridad y que varias comarcas, entre las que ha citado La Ribera, l'Horta Sud y la Marina, se queden sin conexión de metro.

Ponce ha pedido que se planifique de forma adecuada las inversiones, ya que, a su juicio, "no tiene sentido" comprar unidades para sustituir otras que todavía tienen vida útil, y "tampoco tiene sentido" dejar líneas acabadas sin funcionamiento.

"Es el síndrome del aeropuerto de Castellón, que se ve también en FGV", ha asegurado.

Ponce ha pedido a Bonig que se reduzca el personal de FGV en la misma proporción que ha aumentado en los últimos años: un 25 % de incremento de la plantilla frente al 400 % de aumento del número de directivos "bajo la dirección de Marisa Gracia".

Durante la sesión de la tarde en Les Corts, los diputados de Compromís han lucido una camiseta amarilla con el lema "no al ere en FGV".