El primer golpe llegó en noviembre del pasado año. Entonces, Ana María Martínez, licenciada en Humanidades y profesora interina de Lengua y Literatura Castellana en Castilla-La Mancha, perdió su empleo en la Biblioteca Municipal de Ibi, después de trabajar durante ocho años, en los que fue encadenando contrato temporal tras contrato temporal. "El Ayuntamiento anunció que, por la crisis, ya no iba a contratar a más personal, así que decidió cubrir mi puesto con un funcionario, al que trasladó de sitio", relata Ana desde su casa en Manchester, mientras espera que lleguen unos amigos ingleses, a los que quiere agasajar con un "buen jamoncito". "Durante esos ochos años, estuve cubriendo bajas, ayudando en épocas en las que se abría más tiempo la Biblioteca, como en los periodos de exámenes... Así hasta el pasado noviembre, cuando me dijeron que me despidiera del trabajo".

Ése fue el primer contratiempo para la joven pareja. Ana y Daniel, que se conocieron en la Universidad de Alicante mientras estudiaban la Licenciatura en Humanidades, celebraron en Manchester, recién llegados a la ciudad, su primer aniversario de boda. "Nos casamos el 6 de agosto de 2011 y casi un año después, el 5 de agosto de 2012, aterrizamos en Manchester. Así que tuvimos un aniversario algo peculiar", asegura.

Y con Ana engrosando las casi interminables listas de desempleados, a mediados de este año llegó el segundo revés. Daniel, que opositó por Geografía e Historia a Secundaria, llevaba por entonces tres años ejerciendo como profesor en la Comunidad. "En 2009 aprobé las oposiciones y en septiembre de ese año ya tuve mi primer destino: un instituto de Alcoy. Y así, curso tras curso, hasta junio de 2012. Pese a ser interino, siempre había tenido la fortuna de trabajar. Siempre hasta junio, cuando la Generalitat nos mandó al paro... Y por un largo tiempo". El aumento de alumnos en las aulas y de horas lectivas de los docentes en Educación Secundaria, medidas que anunció el Consell el pasado mes de abril, supusieron el revés definitivo para la joven pareja de docentes. Un revés, sin embargo, que convirtieron en un estímulo para abandonar la provincia en busca de nuevos retos personales y profesionales.

"Daniel se fue al paro en junio, como ocurría cada año. Pero en esta ocasión, sabíamos que no le iban a llamar a principio de curso, como sí habían hecho hasta ahora, para que cubriera bajas de profesores. Éramos conscientes de que el aumento de alumnos por aula y de horas lectivas de docentes repercutiría en la bolsa de interinos de la Comunidad". Y así ha sido. Daniel todavía espera que suene el teléfono para reincorporarse a la Educación, "su pasión". Mientras tanto, evitando así las horas de "pensar y pensar en casa", trabaja en un McDonalds de Manchester. "No lo pensamos mucho. Con los dos en paro, decidimos venirnos a Inglaterra, evitando así estar en casa todo el día pensando en nuestra situación laboral, escuchando noticias y más noticias negativas relacionadas con la crisis económica y mirando el móvil a la espera de que suene para volver a trabajar. Así que, sin darle muchas vueltas, hicimos las maletas y nos vinimos a Manchester, donde estamos mejorando nuestro nivel de inglés".

Ana empezó a trabajar en la Biblioteca de Ibi en 2003. "Estaba a media jornada, mientras terminaba la carrera en la Universidad de Alicante. Durante unos meses me fui a Padua, con la beca Erasmus. Fue una experiencia fascinante, porque Italia es el paraíso para una persona que estudia Humanidades, es puro arte. Se me pasó volando", admite Ana, quien volvió a su rutina en la Biblioteca. "Sabía que era un trabajo poco estable porque me llamaban para reforzar o sustituir. Así que me preparé la oposición para profesora de Secundaria por Lengua y Literatura Castellana. Aprobé en 2010 en Castilla-La Mancha, aunque nunca he tenido la oportunidad de trabajar, porque en esa época llegaron los primeros recortes en Educación... Pero espero que algún día, no sé si será muy pronto, la bolsa de interinos avance y llegue mi número... Y, por fin, ejercer".

Cuando supo que su trabajo en la Biblioteca tocaba a su fin, empezó a pensar en el extranjero. "Pero era noviembre de 2011 y Dani todavía estaba dando clase en Castellón. Eso sí, cuando supimos que en este curso le iba a costar más empezar, por los recortes, sí que nos planteamos en serio irnos de España", asegura Ana, palabras que certifica su pareja: "No merece la pena quedarse esperando. No sé estar cruzado de brazos, es cultivar el mal genio. Aquí, en Manchester, no estoy todo el día rodeado de malas noticias, evitamos la constante indignación y ocupamos el tiempo. Espero que me llamen pronto y recuperar la normalidad, pero no me fío. Siempre me he puesto en lo peor y, por desgracia, todavía no he fallado".

A Manchester llegaron a principio de agosto y, tras unas semanas repartiendo currículums, ambos ya están trabajando. Aunque eso sí, en empleos nada cualificados. Ella trabaja como "housekeeping", es decir, limpiando habitaciones en un exclusivo hotel de la ciudad, mientras que él trabaja en McDonalds. "Pensaba que ya se me había pasado la edad para estar entre hamburguesas y patatas fritas, pero veo que no. ¡Yo que ya me sentía profesor...! ¡Para lo que hemos quedado!", apunta Daniel, que además acude a clases de inglés -al igual que Ana- para mejorar su nivel en el idioma.

"Nos costó bastante acostumbrarnos al acento. Al principio no entendíamos casi nada. Yo, en el trabajo, aún no estoy para participar en las bromas, bastante tengo con entender lo que me dicen", apunta el joven profesor.

Ambos reconocen que, pese a ser una experiencia "dura", la mutua compañía ha hecho más llevadera la adaptación. "No me quiero ni imaginar cómo habría sido llegar aquí sola, sin trabajo", reconoce Ana, que ve como lejanos aquellos planes de comprar una casa y formar una familia.

De Manchester, donde comparten casa con un estudiante pakistaní y un español ingeniero de Caminos -que también trabaja en McDonalds-, destacan el "buen ambiente". "Puede que no sea la ciudad más bonita, pero nos gusta. Yo no vine por placer, me echaron de mi país. Estoy aquí porque necesito comer", añade Ana.

"Estoy contenta por ella, pero no por este país"

"Estoy contenta por ella, porque es mi amiga y me gusta que le vaya bien en esta aventura en Manchester. Pero no puedo estar satisfecha con la constante fuga de cerebros que está sufriendo el país. Hemos pagado su formación y ahora empujamos a esos jóvenes a que trabajen fuera de España. No se entiende", asegura Isabel Pérez, exjefa de Ana en la Biblioteca de Ibi.

"Fuimos compañeras, aunque después de tantos años, ahora la considero una muy buena amiga. Ana era una persona muy querida en la Biblioteca, tenía mucha empatía con el público", añade Isabel.

Trabajar en un hotel y en una cadena de comida rápida no parecen, según subraya, trabajos indicados para dos personas cualificadas, pero "nadie vive del aire". "Es una faena que tanto Ana como Daniel no hayan encontrado, hasta el momento, ningún empleo relacionado con su formación. Aunque hay que tener en cuenta que hay que cubrir los gastos, así que no tienen más remedio que coger lo que les salga", argumenta Isabel.

"Yo también me planteo irme si nada cambia"

"He estado seis años dando clase en la Comunidad y en los últimos tres cursos incluso tuve vacante asignada desde el mes de julio. Ahora, a finales de octubre, aún estoy esperando que me llamen, y tengo al menos a treinta personas por delante en la lista. Dani lo tiene peor, porque está cien puestos por detrás de mí", relata Silvia Beneyto, amiga de la pareja y profesora interina de Geografía e Historia. Desanimada por la actual situación de la Educación, Silvia se plantea seguir la estela de Ana y Daniel: "Voy a esperar este año, pero como vea que todo sigue igual, me planteo irme fuera en 2013. Esto no tiene visos de cambiar, todo lo contrario, irá a peor. Creo que todo se puede hacer de otra manera, algunos recortes no tienen ningún sentido".

Silvia se muestra feliz por la decisión tomada por sus amigos. "Es un paso inteligente, aunque ya no tenemos edad para eso. Han salido del círculo vicioso de los parados y además volverán con un idioma que les dará mejores oportunidades laborales en un futuro", afirma.