A la lechuga, a los excrementos de paloma, al melocotón, a la cebolla e incluso a las cucarachas o al semen. El universo de alergias es sorprendentemente amplio y no deja de crecer debido, entre otras causas al calentamiento global, al mayor consumo de fármacos o al exceso de higiene. El Hospital General de Alicante es el encargado de diagnosticar en la provincia aquellas alergias más extrañas. «Somos el centro de referencia para la provincia. Hasta aquí llegan aquellos pacientes que escapan a las alergias comunes y que no pueden ser diagnosticados en sus hospitales de referencia», explica Virtudes Chinchilla, directora del Laboratorio de Análisis Clínicos del centro sanitario.

Aunque infrecuente en el centro sanitario se han atendido casos de alergia al semen, que pese a que no causa síntomas aparentes provoca problemas de infertilidad en las mujeres. Sin tratamiento específico, «el único modo de evitar esta alergia es utilizar métodos profilácticos», señala Francisco Javier Fernández, responsable de la sección de Alergología del centro sanitario. Y en el caso de que la mujer quiera quedarse embarazada, «debe recurrir a la fecundación in vitro».

El Hospital General trabaja con más de 400 alérgenos diferentes «y con una tecnología puntera que nos permite hacer a cada paciente a nivel individual un perfil con los alérgenos más importantes», afirma Virtudes Chinchilla.

Y es que el campo de las alergias ha cambiado radicalmente con el estudio de los alérgenos a nivel molecular, algo que ya se hace desde hace unos años en el Hospital General. «El polen es algo muy grande y sólo una parte pequeña es la que produce la alergia, eso es lo que denominamos alérgenos moleculares», afirma Francisco Javier Fernández. Lo que se ha descubierto, añade, «es que parte de esos alérgenos específicos están presentes no sólo en pólenes, también en algunos alimentos vegetales, de ahí que haya personas que sean alérgicas por ejemplo al olivo y al melocotón».

Precisamente, las alergias alimentarias son las que más auge han cobrado en el último siglo y el problema «es que por el momento no existen vacunas, tenemos que limitarnos a decir al paciente que no coma el alimento que le produce daño». Sin embargo, la ciencia avanza rápido «y ya se están empezando a plantear vacunas más específicas por ejemplo para el alérgeno del melocotón». Las causas de este auge de alergias alimentarias no están claras. «Hay quien plantea que es por el exceso de higiene de las sociedades modernas, lo que debilita el sistema inmunológico». También «al aumento del CO2, que provoca mayor actividad de los pólenes».

En los últimos años desde el Hospital General de Alicante también han detectado un incremento de las alergias a los medicamentos. «Antiguamente sólo veíamos casos de alergia a la penicilina». Sin embargo, matiza el responsable de la sección de Alergias, «hoy son más frecuentes los casos de reacción a antiinflamatorios, simplemente porque consumimos muchísimos». Una patología «en las que parece que existe una base genética, que es por donde actualmente va la investigación».

Respecto a las alergias más extrañas, como a las cucarachas, Fernández señala que se trata de un alérgeno que provoca reacción «al ser inhalado como el del pelo de gato o perro, aunque en Alicante no es muy frecuente, ya que es más habitual en zonas tropicales donde proliferan más estos insectos». Más frecuente es la alergia a la picadura de avispa, «que puede llegar a provocar la muerte». En este terreno también se ha avanzado con el diseño de nuevas vacunas más eficaces.