La fuerte lluvia caída esta tarde en la capital alicantina ha condicionado el desarrollo de la cacerolada convocada en esta ciudad contra el endeudamiento privado, las ayudas al sector bancario y las políticas de austeridad.

Minutos antes del inicio de la protesta, enmarcada en la campaña mundial "Global Noise-Ruido Global", una tromba de agua ha caído en Alicante, por lo que los ciudadanos que se dirigían hacia la plaza de la Estrella, lugar de la convocatoria, se han refugiado de la lluvia bajo el techado exterior de un centro comercial próximo.

Si al inicio de la cacerolada el número de asistentes no superaba el medio centenar, con el paso de los minutos -que ha coincidido con un descenso de la intensidad de la lluvia- el respaldo a la protesta ha aumentado hasta llegar a las cerca de 200 personas.

A pesar de este contratiempo para los convocantes y asistentes, el ruido creado por los manifestantes al golpear cacerolas, sartenes y tazas metálicas ha sido intenso, pues el soportal de entrada al citado centro comercial ha generado un fuerte eco.

La protesta ha contado con representantes del 15-M y del colectivo "Toma la plaza", quienes han desplegado varias pancartas con los lemas "No debemos, no pagamos", "Por la auditoría ciudadana de la deuda", "La solución a la chorizada: la prisión" y "La deuda no es nuestra, no la pagamos".

Al finalizar el acto, una representante de estos colectivo ha leído bajo la lluvia un manifiesto en el que se ha aseverado que la crisis de la deuda tiene su origen en las grandes empresas y las corporaciones bancarias.

Asimismo, se ha denunciado que el Estado "desproteja a los pequeños accionistas y depositantes, mientras respalda a los grandes capitales del país".