Higinia Maestre Micó, conocida por todos los que la conocen como Etelvina, pasa sus días entre la cama y el sillón. Casi no oye y apenas puede moverse, lo que no es raro porque ya ha cumplido 102 años. Como no tiene hijos, la cuida una asistenta en su propia casa cuyo salario lo pagan varios de los sobrinos de la anciana ya que ella sólo recibe una pensión de 395 euros mensuales. Mientras a sus sobrinos les fue bien, no hubo problemas, pero ahora con la crisis, tienen más dificultades para ocuparse de su tía por lo que en 2010 decidieron solicitar la prestación acogiéndose a la Ley de Dependencia que les ayudara a mantener a Etelvina en buenas condiciones. Dos años después siguen esperando.

El de Etelvina es sólo uno de los miles de casos que hay en la provincia de personas a las que se les ha reconocido el derecho a percibir una prestación por la Ley de Dependencia pero que aún no la cobran. Según los datos de Bienestar Social, hay más de 7.300 personas a las que les corresponde el dinero pero que no lo reciben aún, casos como el de Etelvina quien, según teme Carmen Maestre, una de sus sobrinas, «puede que no llegue ni a cobrarlo» dada su avanzada edad.

El caso de esta mujer resulta especialmente penoso cuando se escucha a su sobrina Carmen hablar de ella y recordar toda una vida de trabajo. Cuenta Carmen que Etelvina «fue una de las modistas más importantes de Elche», ciudad en la que ha pasado la mayor parte de su vida aunque nació en Petrer. «Era muy famosa, hacía trajes de noche, de fiesta para lo mejor de la sociedad de Elche. Estudió en Alicante y se convirtió en una de las mejores en lo suyo. Toda la vida la recuerdo cosiendo hasta que ya no tuvo edad para seguir», dice.

Efectivamente, Lolita, una de las discípulas de Higinia, ya jubilada, cuenta que «era la mejor haciendo trajes de novia, aunque apuraba hasta el último momento y antes de una boda nos pasábamos la noche cosiendo y luego llevábamos con prisa el vestido a la novia, pero eran los más bonitos». También recuerda Lolita que «en los juegos Florales que se hacían en Elche ella hacía unos trajes maravillosos, era una artista e incluso ganó varios premios».

Higinia no se casó ni tuvo hijos. «Su amor fue la costura», cuenta su discípula ya jubilada. «A ella le salieron muchos novios pero como era la única hija, se quedo con sus padres, así que dedicó su vida a coser y siguió trabajando hasta los 90 años enseñando además a un montón de gente el oficio de modista».

A Lolita y a Carmen les da lástima ver a Higinia tan mayor. «Ha estado toda la vida trabajando y ha ayudado a mucha gente, sobre todo a sus hermanos. es una bellísima persona», dicen. Etelvina, ajena a los halagos de su sobrina y de su discípula, dormita en el sillón en casa de su cuidadora. Antes vivía de alquiler, «pero era imposible pagar el alquiler y a la mujer que la cuida» dice Carmen, por lo que los sobrinos optaron por el traslado a casa de su asistenta a la que ayudaron para empezar a pagar el piso. «El problema que tenemos es que las cosas están mal, y la ayuda por la dependencia, que le corresponde, es fundamental porque no toda la familia puede ya aportar dinero para ayudar a mi tía. Somos cuatro sobrinos dando lo que podemos, pero cada vez es más difícil».

Carmen asegura que desde que se le concedió a su tía la situación de dependencia, en grado 3 y nivel 2, «he reclamado varias veces y siempre me dicen que ya llegará. La asistente social también nos ha dicho que seguirá intentando hablar con Valencia pero que no puede hacer nada y en el Ayuntamiento de Elche tampoco. Desde que cumplió 100 años nos mandan una carta de felicitación por su cumpleaños y una plantita. Eso es todo». La puntilla para los familiares de la anciana ha sido el tener que abonar parte de las medicinas de Etelvina, «sobre todo los pañales, que son muy caros». Se supone, como en el caso de todos los jubilados desde que entró en vigor el copago farmacéutico, que con la paga de este mes la Conselleria abonará el gasto de medicinas, pero de momento, una vez más, el sobrecoste ha corrido a cargo de los sobrinos.

El nivel 3 grado 2 de dependencia que sufre Etelvina es el grado máximo reconocido, por lo que, según ha señalado el portavoz de la Plataforma por la ley de Dependencia, Miquel Martorell, «tendría que recibir casi 600 euros de paga aunque con los últimos los recortes se le rebajaría un 15%». En cualquier caso, esos quinientos y pico euros supondrían un gran alivio para los familiares de la anciana.

Más de 30.000 personas han muerto esperando a cobrar

El portavoz de la Plataforma por la Dependencia en Alicante, Miquel Martorell, considera que la situación es dramática y que el retraso llega hasta el punto de que en la Comunidad hay más de 30.000 personas que han fallecido esperando la prestación. A su juicio, «en la dependencia está ocurriendo lo mismo que en otras partidas del presupuesto para reducir el déficit. El Gobierno ha eliminado partidas a la dependencia para contrarrestar el déficit y está ahogando a las autonomías y a los ayuntamientos». Tal como ha señalado el portavoz, «como las autonomías no tienen dinero y se ha reducido el mínimo que el estado da para unas prestaciones, se ha recortado en 200 millones, lo que supone que en la Comunidad Valenciana hay unos 6 millones menos para la dependencia». Además, según señala Martorell «está la parte del nivel acordado que es un dinero que se acuerda con las autonomías en función de la población, dispersión geográfica, pobreza, número de dependientes, etc.. Ahí había 283 millones que se daban a las comunidades y ahora no se van a dar. Eso son unos 20 millones y pico menos en la Comunidad que se utilizaban para dependencias, mayores, etc. Al final, las comunidades, al no recibir el dinero, paralizan la dependencia».

Por otra parte, y según los datos facilitados por la plataforma, no se dan resoluciones definitivas de dependencia desde marzo del año pasado. Martorell ha señalado a este respecto que «las que se están dando son las solicitudes que hicieron hasta 2009 y, por otra parte, por Real Decreto se les concede a las comunidades un plazo de dos años y medio para resolver, y si ya estaban esperando a una resolución definitiva, ahora puede tardar dos años». A juicio del portavoz de los afectados, «esto es un secuestro del derecho a los dependientes, muchos de los cuales han fallecido sin recibir la prestación».