"Trabajar de ingeniero en Alicante es cada vez más complicado. Trabajar en el sector de la energía solar en España resulta misión casi imposible". Hoy, Enrique Tébar vive en Isla Mauricio, donde desarrolla un proyecto para introducir la energía solar en un país, situado en la zona sur del continente africano, que hasta ahora poco sabía de renovables.

Aún sin la mayoría de edad cumplida, Enrique se marchó a estudiar a Valencia, donde completó Ingeniería de Telecomunicación. "Siempre me había llamado la atención ese mundo, aunque pronto descubrí que me interesaba más orientar mi futuro hacia la consultoría de negocios".

De hecho, su experiencia laboral siempre ha estado ligada a la empresa. "Hace años, me di cuenta que la energía solar era un campo con mucho futuro, porque estaba todavía por desarrollar, así que fui poco a poco especializándome en este sector".

La viabilidad (o no) de la alimentación de la batería de los coches eléctricos a partir de la energía solar fue su primer proyecto. "Siempre he tenido la base de la oficina en mi ciudad, en Alicante, aunque he tenido que salir al extranjero para trabajar, ya que en España es complicado".

Su currículum, en el que figuran dos idiomas -francés e inglés-, le ha facilitado el trabajo fuera de España. "He estado coordinando proyectos en Francia durante unos tres años. Desde Alicante, salíamos en furgoneta un equipo de unas diez personas, aunque intentábamos volver a casa cada cierto tiempo. Los españoles somos competitivos como trabajadores, por eso prefería no contratar a profesionales en cada ciudad".

Ahora, empujado por las circunstancias, es la primera vez que Enrique se ha establecido en otro país. "Aunque intentaré estar el tiempo justo. Prefiero ir y volver, siempre que el trabajo me lo permita, a quedarme durante un tiempo prolongado fuera de casa".

Enrique llegó a Mauricio, una isla cercana a Madagascar, el pasado mes de julio. "Aún estoy en pleno periodo de adaptación. Estoy muy centrado en el trabajo, apenas he tenido tiempo para hacer turismo. Aquí, la energía solar está todavía en pañales, así que tenemos mucho por hacer. De hecho, trabajo como asesor externo en el primer proyecto del Gobierno local en parques solares".

Las primeras semanas apenas pisó la calle. "Estuve preparando el proyecto". Ahora, tras sus primeros días de vacaciones, ya ha tenido la oportunidad de conocer el país. "Y no sólo la zona turística, con sus playas de aguas azules y arenas blancas, sino también la parte más real de Mauricio, un país pobre, aún en vías de desarrollo".

Pese a la delicada situación económica de la zona, asegura Enrique, el trato que dispensan a los extranjeros es exquisito. "Yo no soy un turista, pero da igual. El recibimiento fue espectacular, la gente es muy amable, muy sencilla. Me valoran porque saben que vengo a su país a aportar valor, en concreto, en la energía solar. Eso sí, fuera de mi entorno, en algunos comercios me han deseado unas 'buenas vacaciones', como si estuviera aquí para ir a la playa".

En unas semanas, Enrique regresará a Alicante para cumplir con otro de sus compromisos laborales. "Soy profesor asociado en la Universidad de Alicante, donde doy clase en Caminos, y en la Miguel Hernández de Elche, en Teleco. Así que de febrero a mayo siempre tengo que estar por casa".

En julio de 2013, aproximadamente, Enrique prevé regresar a Isla Mauricio. "Estaré otros cinco meses más lejos de Alicante, para poner en marcha el proyecto que ahora estamos desarrollando".

Sus viajes, aunque no le mantienen largos periodos fuera de casa, sí le impiden, por ejemplo, animar a su Hércules desde la grada del estadio Rico Pérez. "Iba a decir que veo los partidos por Internet, pero no. En realidad, esta temporada estoy sufriéndolos. ¡Vaya añito...! Me duele mucho ver desde lejos cómo está nuestro club. Es una auténtica lástima".

Su tierra, lo admite, le tira mucho. "Me siento muy alicantino. Me gustaría estar presente en todas las tradiciones, pero no siempre es posible. Mi futuro laboral está orientado, por pura necesidad, hacia el mercado exterior".

"Mi hijo trabaja por fuerza mayor fuera de Alicante... ¡Qué le vamos a hacer!"

Resignada a la realidad del mundo laboral. Pilar Martínez, madre de Enrique, admite llevar mejor que su marido la ausencia prolongada de su hijo. "Yo siempre me he adaptado mucho mejor a sus ausencias que mi marido, Enrique. Él lo lleva mucho peor", asegura Pilar, quien subraya la necesidad de buscar mercados fuera de España para los ingenieros: "Mi hijo trabaja fuera de Alicante por fuerza mayor, no porque quiera tener un mejor puesto o un sueldo más alto. Él se quiere sentir realizado con su trabajo y no le queda más remedio que dejar Alicante, ciudad a la que tan unido se siente, para trabajar".

Pilar, feliz por ver a su hijo realizado en lo profesional, admite que hay días, en lo anímico, peores que otros. "Este viernes fue su cumpleaños, y le echamos mucho de menos. Aunque me alegré cuando hablé con él y me contó que estaba celebrándolo con compañeros de trabajo y amigos", añade.