La alarma -relativa- la desató el pasado sábado por la noche el vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons: "Esperan que puedan haber más". La frase lapidaria iba a acompañada, unos "tuits" después, de una imagen suya en su casa de Valencia con una culebra de herradura de más de un metro de largo que había encontrado en su balcón. Sin embargo, varios expertos consultados por este diario llaman a la calma: es una serpiente común presente en Valencia, incluso en el entorno urbano, pero en ningún caso se puede hablar de una infestación de este tipo de ofidios. El dirigente del PP y ex portavoz del Consell indicó que la policía le dijo que el sábado por la noche habían capturado dos serpientes de este tipo.

Francisco Catalá, director técnico de la empresa de gestión de plagas Estudi Verd y exencargado de fauna de la ciudad de Valencia, aseguró que culebras como esta "hay por toda la ciudad": "Al año se capturan una media de 20". "Son una pieza importante en el ecosistema urbano", comentó. Catalá hizo hincapié en que ni la culebra de herradura, ni las otras dos serpientes más comunes en la ciudad, la de escalera y la bastarda, son peligrosas. En este sentido, el veterinario de la Sociedad Herpetológica Valenciana (Soheva), Edgar Wefer, explicó que la bastarda es "ligeramente" venenosa, aunque tiene los colmillos en la parte trasera de la boca "y el mordisco tiene que ser muy fuerte para poder inyectar veneno".

"Puede haber cientos", explica Wefer, que destaca que no hay que matarlas. Tanto él como Catalá, que durante años se ha encargado de la recuperación de estos animales, explican que si un vecino se encuentra un animal de estas características "debe llamar a la Policía y no tocarlo, por lo que pudiera pasar". Sergio López, experto en reptiles del Bioparc de Valencia, indica que estas serpientes, como el resto de la fauna autóctona, está protegida, "por lo que no se les puede matar".

Ahora bien, ¿es factible encontrarse este ofidio en los balcones, galerías o pisos de Valencia? Relativamente. López asegura que las culebras de herradura "son las más caseras, buscan el calor y por eso pueden acercarse a las casas", sobre todo en época de puesta y eclosión de los huevos, esto es, principios y finales de verano. "Ahora, en invierno, se aletargan, buscan un sitio cómodo y esperan que vuelva el calor", señala el exencargado de la fauna de la ciudad de Valencia.

Viven en solares y parques

González Pons explicó que la Policía le había dicho que la serpiente podía haber venido a la ciudad escondida en los bajos de un coche. Los expertos coinciden en que es una opción, pero que otra mucho más sencilla es que la culebra viviera dentro de la ciudad, en las cloacas o en los parques. "Es una serpiente arbórea, por lo que pudo pasar de las ramas a un balcón con facilidad", explica Catalá. Así, Wefer comenta que hay colonias de estas serpientes en el río Turia, que corre en estas fechas relativamente seco: "Desde ahí, les es muy fácil colarse por una cañería y llegar a la ciudad". Suelen vivir en los solares y parques. En Valencia, "hay muchos solares semiabandonados que son un ecosistema perfecto para ellas", apuntó.

"Hablar de una infestación de serpientes es imposible porque antes de eso debería haber una de ratones", asegura Wefer. Los pequeños roedores, así como pájaros, lagartijas u otras serpientes, son la base de la alimentación de las culebras de herradura, por lo que debería haber una plaga del alimento de las serpientes para que pudieran reproducirse en masa, que ponen de 12 a 20 huevos en cada puesta anual.