Llegó hace dos años y medio a Londres, en febrero de 2010, en busca de un futuro más prometedor en el ámbito laboral del que le ofrecía su país. "Las perspectivas no eran buenas en España. En la publicidad, ya por entonces resultaba muy complicado encontrar alguna oferta. De hecho, sólo he 'trabajado' una vez en mi sector, y fue durante las prácticas, sin remunerar, de la carrera. Así que me plantee venir a Londres para trabajar y mejorar el inglés. En dos años y medio, puedo decir que he cumplido ambos objetivos: me contrató una empresa de cruceros y el idioma va bastante mejor".

Pero nada fue inmediato. Mario Sánchez se licenció en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Alicante en 2008, tras unos años de facultad que compaginó con trabajos en comedores escolares y en el departamento de telefonía móvil de una cadena alemana de electrónica.

"Pero era frustrante. Terminé la carrera y no me imaginaba un futuro mucho mejor en España. Desde Alicante, contacté con una empresa para que me buscara trabajo en Londres... ¡y casi me estafó! Al final conseguí trabajo: limpiando en un restaurante mexicano. Así empiezan aquí muchos extranjeros, ya que nuestro nivel de inglés no nos permite atender al público".

Poco después, "ascendió". "Cuando empecé de camarero, todo cambió. Ganaba bastante dinero, más incluso que ahora. Me pagaban unas nueve libras por hora, más importantes propinas".

Pero dos años fueron suficientes. "A principios de este año, dejé el restaurante. Quería un cambio y encontrar un trabajo que me sirviera para hacer currículum en el sector al que me quiero dedicar".

Pronto le salieron oportunidades como agente inmobiliario y en la externalización de ventas, "pero me di cuenta de que no eran trabajos muy limpios, me debía dedicar a embaucar a gente". Y los descartó.

Mario buscaba un empleo relacionado con el marketing. "Un amigo me dijo que mi actual empresa -MSC Cruceros- tenía vacantes, y allí me presenté. Pasé el proceso de selección y me contrataron. Desde junio, trabajo como consultor de productos y operaciones, como intermediario entre agencias de viajes y mi empresa".

Y se le ve satisfecho. "Empecé en Londres desde abajo, limpiando mesas en un restaurante, y ahora tengo un empleo vinculado a mis estudios universitarios". Con todo, no descarta regresar pronto a España. "Mi empresa tiene oficinas en Madrid y Barcelona, por lo que me gustaría poder trasladarme allí. Pero en buenas condiciones, porque sé cómo están las cosas".

Su familia también lo tiene claro. "Cuando llevaba seis meses en Londres, a mediados de 2010, me decían: 'Mario, ya sabes inglés, vuélvete a casa'". Dos años después, el discurso ha cambiado. "Ahora, las mismas personas me dicen: 'Mario, no tengas prisa por volver; si tienes algo, quédate'".

En la capital británica, junto a su novia, disfruta de la "frenética" vida de una ciudad "divertida". "Vas con prisa a todos los lados. Pero siempre estás rodeado de gente joven y con una amplísima oferta cultural y deportiva", afirma.

Mario y su pareja comparten casa con otras cuatro personas -un suizo, dos mexicanos y un inglés-, pero quieren independizarse. "El alquiler está muy caro en Londres; pero, después de vivir con una familia de Bangladesh y ahora con cuatro compañeros, ya nos apetece tener cierta intimidad".

Camino de cumplir su tercer año en Londres, admite haber tenido suerte en su experiencia británica. "Nunca he tenido el arrebato de volverme. Creo que he tomado las decisiones correctas. Quedarte en casa es más cómodo,p pero resulta más difícil acertar".

"Para trabajar aquí por cuatro duros, es mejor irte, ganar más dinero y aprender un idioma"

Alberto Verdú, amigo y compañero de promoción de Mario en la Universidad de Alicante, lo tiene claro. "La situación está tan mal en este país que resulta lógico irte al extranjero, conseguir un trabajo bastante mejor remunerado que aquí -ya sea de camarero como de publicista- y aprender un idioma, que luego te permite tener mejor currículum. Lo ilógico, ante esta situación, es quedarte en España y trabajar por cuatro duros... ¡si tienes la enorme fortuna de hacerlo!", asegura Alberto, que anda inmerso en la compleja tarea de decidir qué hará con su vida, tras estar a punto de licenciarse en Publicidad.

"Acabo de hacer las prácticas de la carrera... y el panorama es desolador. En la empresa, durante mis dos meses, no sólo me transmitieron la idea de que resultaría complicado contratar a alguien, sino que vi cómo a dos compañeros no les renovaban su vinculación laboral. Nada te hace ser optimista", afirma Alberto, quien acumula una experiencia de siete años como monitor en un comedor escolar, un trabajo que ninguna relación guarda con su formación académica.

En su sector, admite, las pocas posibilidades de trabajo sin salir de España pasan por Madrid y Barcelona. "Fuera de esas dos grandes ciudades, parece un imposible encontrar un trabajo con cierta estabilidad. De hecho, incluso allí la situación es complicada", asegura.