Jesús Izaguirre se decidió por estudiar Farmacia para tener así un futuro laboral "agradable". Entonces, por el año 2002, no podía imaginar la actual situación del sector farmacéutico, sobre todo en la Comunidad Valenciana, con la millonaria deuda contraída por la Generalitat. No obstante, ahora, diez años después de empezar su trayectoria en la Universidad Miguel Hernández (en el campus de Sant Joan d'Alacant), Jesús está centrado en la investigación. "Estoy a punto de acabar un máster en Bioquímica, y tengo ya la mente en el doctorado que empezaré en breve". Todo ello en Japón.

Nacido en Alicante, aunque con unos primeros años de vida repartidos por Canarias, Galicia y el País Vasco, Jesús tuvo su primera experiencia internacional en Francia, durante su etapa en el instituto. "Mis padres me mandaron un año a París. Ahí conocí una ciudad a la que quise volver durante la beca Erasmus. De hecho, fui yo quien abrió en 2006 un convenio entre la Miguel Hernández y una universidad francesa".

Y no fue hasta cuatro años más tarde, en 2010, cuando Jesús volvió a decir a su familia que dejaba Alicante; aunque con intención de no volver en un periodo largo. "Siempre me ha gustado la cultura nipona. Durante un viaje con un amigo, me acerqué a una universidad en Tokio para ver si estaban interesados en hacer un intercambio de estudiantes, para poderme venirme a estudiar. Me dijeron que sí". Y así fue. Jesús, con la firme intención de vivir una etapa en el extranjero, se marchó a Japón para, al menos, un año. "Entonces hablé con el director de mi laboratorio y le propuse continuar. Estaba muy a gusto en Tokio, comprobé que aquí hay muchas posibilidades para investigar. Ahora estoy en la recta final de un máster en Bioquímica, y con la firme intención de realizar el doctorado, que durará tres años".

Pero Jesús no sólo invierte su tiempo en su faceta como estudiante, sino que también trabaja como profesor. "Es una forma de sacarme un dinero, porque la vida en Japón es bastante cara. Me pagan muy bien, ya que solo doy clases -dirijo prácticas a universitarios- unas veinte horas a la semana durante tres meses al año, aunque tengo un sueldo fijo durante todo el curso académico".

Y una vez doctorado, Jesús no apuntará a España. "No creo que mi futuro pase por allí. Profesionalmente, me atrae mucho más Estados Unidos, donde la investigación está mucho más desarrollada. De no cambiarme de continente, creo que me quedaría aquí. Una compañera, por ejemplo, está cobrando unos 10.000 euros al mes por trabajar en un laboratorio".

Japón ya no le impresiona, aunque sí lo hizo al principio. "Estoy ya muy aclimatado a Tokio, pero cuando llegué iba con la boca abierta. Es fascinante. Me encanta esta cultura y también su gente. No son muy sentimentales, parecen bastante solitarios, aunque yo estoy acostumbrado a vivir solo. Sin embargo, tienen un gran concepto de trabajo en equipo".

De Alicante, recuerda las barbacoas en la piscina con los amigos, aunque admite que "no hay nada como un sushi en Japón". También añora la tranquilidad de su ciudad, "aquí pierdes mucho tiempo en el transporte, las distancias son enormes". "A la semana, empleo diez horas en ir y volver de la universidad". "¡Ah! Y también echo de menos el carácter amigable de los españoles, aquí son muy cuadrados".

"¿Tenerle de vuelta en casa? Le veo más cerca

de investigar en Estados Unidos que en España"

"Nunca te mentalizas de tener a tu hijo a miles de kilómetros. Me gustaría al menos tenerlo algo más cerca, por Europa". Rosalía Carbonell, madre de Jesús Izaguirre, regresó hace unos días de visitar al mayor de sus vástagos, en un viaje al que le acompañaron su marido, Jesús María, y sus otros tres hijos. "Lo he visto muy bien. Jesús es un chico muy organizado y le encanta la cultura japonesa, así que le he visto encantado con su vida allí", asegura Rosalía, quien reconoce que regresó a Alicante "contenta" por ver a su hijo tan adaptado, a la vez que "llorando", debido a la distancia -"geográfica" -que les separa desde hace más de dos años.

"Al margen de ser madre, como ciudadana, es una pena que las oportunidades tengan que ir a buscarlas tan lejos", afirma Rosalía, quien ve remota la posibilidad que su hijo vuelva pronto a casa. "¿Investigando? Le veo más en Estados Unidos que en España", apunta.