Su antepasado José Huertas salió en 1835 desde San Javier con destino a Orán dada la pobreza de entonces en España. Una generación después los Huertas eran franceses y han tenido que pasar seis para que uno de ellos vuelva a Alicante.
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¿Cómo fue su salida de Orán?
Cuando en 1962 tuve que salir de Orán tenía 22 años. Un día mi padre, que trabajaba en el Ayuntamiento, llegó a casa, le dijo a mi madre que cogiera las cosas, y con dos maletas y mis dos hermanos nos fuimos corriendo a coger un barco. Me fui a Francia directamente porque aquí no tenía nada.
¿Cómo le fue en Francia?
Tuve que volver a empezar desde cero pese a que era ingeniero en Orán, estudiando y trabajando. En Francia nos recibieron de un modo hostil, éramos una avalancha de miles de personas y no daban abasto, y creían que llegábamos con dinero cuando no era así, porque en Argelia los salarios eran un 30% inferiores.
¿Por qué ha vuelto?
Tenemos casa en Francia pero hace cinco años decidimos venir a Alicante porque se parece mucho a Orán. El castillo de Santa Bárbara es como el Castillo de Santa Cruz de allí. Además, en Alicante hemos sido muy bien tratados, y tenía ganas de venir a este país con mi mujer. Francia, aunque tuvimos problemas para integrarnos, es mi patria y Argelia mi país, pero no he vuelto más y no quiero ir para evitar ver cosas y guardar la imagen de entonces.
¿Cómo ve la aportación de los "pieds-noirs" a Alicante?
Nuestra llegada dinamizó la economía alicantina, y en particular las zonas de la playa de la Albufereta y San Juan, donde creamos muchos negocios nuevos. Muchos llegaron aquí, se amoldaron y no pensaron más en Argelia. Pero ha pasado el tiempo, y no sabemos nada de muchos de ellos, se han marchado a otro sitio o han fallecido.
