El paréntesis del verano no ha disipado lo más mínimo el malestar entre buena parte de los docentes y padres de alumnos de toda la Comunidad Valenciana ante los recortes aplicados por la Generalitat y el Gobierno. Al contrario, parece que las protestas tan sólo se habían tomado un respiro estival, coincidiendo con el periodo de inactividad escolar. Y es que el nuevo curso ha empezado tal y como acabó el anterior, con movilizaciones en contra de medidas de ajuste como el aumento de las ratios, el despido de profesorado interino o la falta de apoyo a la escolarización en valenciano. A ello se suma el rechazo a otras medidas que han contribuido a avivar la polémica, como que los alumnos lleven al colegio la comida de casa en una fiambrera.

En la tarde de ayer, la Plataforma por la Enseñanza Pública de la Comunidad Valenciana sacó a la calle a miles de personas en las tres capitales de provincia para protestar por estos recortes. En Alicante, los organizadores cifraron los asistentes en 15.000, mientras que la Policía Nacional habló de 2.500 participantes. Al margen de este habitual baile de cifras, lo cierto es que, al término de la marcha, frente a la delegación territorial de la Generalitat en Alicante, los manifestantes ocupaban todo el espacio existente entre la sede autonómica -situada más o menos a la mitad de la Avenida Doctor Gadea- y la plaza de Calvo Sotelo. Miles de voces críticas a la política de ajustes del Consell, y de apoyo a las reivindicaciones esgrimidas por la organización. Según la plataforma, unas 25.000 personas participaron en la movilización celebrada en Valencia, y otras 5.000 en Castellón.

Al inicio del recorrido, al pie de la escalinata del instituto Jorge Juan, ya podía verse a muchas personas con camisetas verdes y negras en favor de la enseñanza pública -e, incluso, con el lema "Barbaritat Valenciana"-, con todo tipo de carteles y pancartas de tono reivindicativo. Algunos de ellos, dotados de bastante originalidad, como los representantes del colegio público El Palmeral de Alicante, que portaban lápices de gran tamaño de los que colgaban carteles con el lema "Aquestes són les nostres armes", y en los que apelaban a "més educació" contra aspectos como las guerras, la crisis y el sexismo, entre otros. Más contundente era el que representaba un puño haciendo una peineta, portado por un manifestante a título individual, y cuyo autor dejaba claro que iba "dedicado" al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Otros, en como el colectivo de profesores interinos, acompañaban su pancarta de coros de protesta, al grito de "Es descaro; por tanto despilfarro, el interino al paro".

Al frente de la manifestación, representantes de la Plataforma por la Enseñanza Pública, que integra a los sindicatos mayoritarios de la educación -STEPV, CC OO y UGT-, docentes, asociaciones de padres y partidos políticos de izquierda. El lema de la pancarta principal, idéntico en Alicante, Valencia y Castellón, era "Per un ensenyament públic i de qualitat. Sí al valencià, no a les retallades". Tras él, entre otros, representantes del STEPV en Alicante, los secretarios comarcales de CC OO y UGT en Alicante, Consuelo Navarro y Óscar Llopis, la diputada autonómica de Compromís Mireia Mollà y el concejal de EU en el Ayuntamiento de Alicante Rogelio González. Tras ellos, muchos manifestantes procedentes de diversos puntos de la provincia -una de las delegaciones más lejanas a la capital, la del colegio público Montcabrer de Muro-, tanto de padres como de colectivos profesionales y de promoción del valenciano. La FAPA Enric Valor estaba presente en la marcha con una pancarta.

La movilización no fue tan numerosa como algunas de las organizadas el pasado curso -especialmente, las del invierno-, aunque el portavoz de la plataforma convocante, Ismael Vicedo, destacó en cualquier caso la presencia de miles de personas "de toda la provincia" en defensa de "un derecho constitucional". Defendió que "la sociedad del futuro no puede construirse sin libros, sin profesorado y sin comedores escolares", y que eso explica la asistencia a esta "manifestación familiar" en que la que muchos niños llevaban pancartas confeccionadas por ellos mismos.

Al término de la marcha se leyó un manifiesto, también común para las tres capitales de provincia de la Comunidad. Áurea, una joven miembro de la asociación Alacant Estudiants en Lluita, fue la encargada de la lectura del texto, íntegramente en valenciano. En él, tras la reivindicación inicial de "Més inversió, més valencià, més dignitat", se incidía en que el curso escolar "ha comenzado con la aplicación de los más graves recortes en la educación pública", y que estas medias "pretenden hundir nuestro sistema educativo en detrimento de un derecho fundamental para el alumnado y unas condiciones nefastas para el profesorado". Entre otras, se citaron el aumento de las ratios, el despido de interinos y la "marginación" de la enseñanza en valenciano.

El manifiesto hacía también hincapié en que la movilización es "imprescindible" y que, en consecuencia, la de ayer era sólo la primera de las que vendrán a lo largo del curso. Además, se instaba a la Generalitat a "retirar de manera inmediata las normativas que hacen tambalearse la educación que nuestra sociedad se merece".

Gabilondo pide a Wert que la reforma educativa se haga "con diálogo"

El exministro de Educación Ángel Gabilondo rehusó ayer valorar el anteproyecto de ley de reforma educativa presentado por el Gobierno, aunque sí pidió al departamento dirigido por José Ignacio Wert que aborde esta cuestión "por la vía del consenso, del diálogo, del acuerdo y de la participación" de todos los agentes implicados. Así se pronunció el socialista durante una rueda de prensa ofrecida en Valencia celebrada tras la reunión del Consell Nacional de Educación del PSPV que él mismo preside. Al ser preguntado por los medios sobre la reforma educativa planteada por el Ejecutivo, Gabilondo aseguró que no es su labor "ponerle nota al Ministerio" o decirle lo que tiene que hacer y ha mostrado todo su respeto a lo que éste proponga y las Cortes aprueben. No obstante, sí aprovechó para instar a Educación a que este anteproyecto se trabaje mediante el diálogo con la comunidad educativa, agentes sociales y partidos políticos, y expuso los valores "y convicciones" que, según apuntó, siempre ha defendido y seguirá respaldando, entre ellas la de que la educación "debe estar en el corazón de la economía y de la sociedad". En este sentido, incidió en la necesidad de que cualquier reforma se realice con una participación "intensa" de los agentes implicados, al tiempo que resaltó la necesidad de una "estabilidad normativa". e. press